Un consumo excesivo de sal representa un factor de riesgo de la hipertensión arterial y enfermedades cardiovasculares. Las necesidades diarias en sal son de 1 a 2 g mientras que el promedio de consumo es entre 8 a 10 gramos. 1 pizca de sal contiene 1 g de sal aproximadamente.
Por lo tanto es importante limitar su consumo de sal a 6 g como máximo al día.
Poner poca sal en la cocina, no añadir sal al plato, utilizar sal de régimen (en forma de cloruro de potasio), evitar los productos con contenidos fuerte en sal (por ejemplo: embutidos, quesos, platos industriales, snacks), escoger un agua mineral que contiene menos de 150 mg de sodio por litro pueden permitir disminuir los aportes en sal.
Contenido en sal (sodio, en miligramos) cada 100 gramos de un alimento:
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