La cerveza es una bebida alcohólica y, por ello, debe ser consumida con moderación. El abuso del alcohol (en este caso más de tres vasos al día) es peligroso para la salud ya que puede provocar una cirrosis del hígado o un cáncer digestivo, además de que favorece los accidentes de tráfico. Pero la cerveza también tiene efectos benéficos para la salud: reduce el riesgo de diabetes, es un gran diurético (favorece el funcionamiento de los riñones), facilita el trabajo de los intestinos, regula el estrés y, como el vino, reduce el riesgo de desarrollar enfermedades cardio-vasculares.