El gusto es uno de los cinco sentidos del ser humano junto con el tacto, el olfato, la vista y el oído. Los receptores diferencian los sabores gracias a unas 4 000 células sensoriales, el 75% de las cuales se encuentran sobre la lengua. Ellas transmiten su información a la zona cortical prefrontal del cerebro gracias a cuatro nervios diferentes, en menos de 150 milisegundos. Podemos, así, diferenciar entre lo salado, lo dulce, lo ácido, lo amargo y el glutamato gracias a las papilas gustativas situadas sobre la lengua y cuyo número disminuye con la edad.