Cuando la posición de decúbito es muy prolongada, pueden aparecer diversos problemas de forma progresiva. Así podemos encontrar lesiones en la piel (escaras o úlceras) por presión debido a puntos inapropiados de apoyo, una mala repartición de la sangre debido a la pérdida de la postura erguida (ortostatismo) y agravada por la disminución de los movimientos, una disminución de la masa muscular y la aparición de una molestia a ciertos movimientos, sobretodo respiratorios que provocan un riesgo infeccioso importante y una pérdida significativa y progresiva de la energía vital.