Los métodos de preparación al parto son múltiples y cada mujer debe escoger aquel que se adapte más a sus gustos y posibilidades.
El principal objetivo de estas técnicas es mantener el cuerpo y la mente lo más relajados posible en el momento del parto. Entre estas técnicas se encuentra el acompañamiento por una persona de nuestra confianza durante el parto (no es obligatorio que se trate de la pareja, puede ser cualquier otra persona como la madre o una amiga).
Pasear o caminar ayuda a liberar endorfinas que dan tranquilidad y, además, el balanceo de la pelvis favorece la apertura del cuello uterino y el paso del bebé por el canal del parto. Se puede pasear durante la fase de las contracciones mientras la mujer no está monitoreada. Las técnicas de relajación muscular favorecen la relajación mental. Se basan en hacerse conscientes de cada parte del cuerpo, desde los pies hasta la cabeza. Se contrae cada uno de los músculos mientras la atención se enfoca en cada uno de ellos. Cuando se practican estas técnicas durante el embarazo, sirven para hacerlas durante el momento del parto.
Hacer el proceso de respirar de forma consciente ayuda a controlar el dolor de las contracciones durante la fase de dilatación activa del parto. Tomar conciencia de la respiración, mantener un ritmo y escuchar nuestro cuerpo ayuda a relajarse. Practicar estas técnicas de respiración y relajación disminuye la tensión muscular y se consigue la tranquilidad. Escuchar música o cantar también reduce la percepción del dolor.
Colocarse una bolsa de agua caliente en la espalda, bañarse en una bañera de dilatación (que se encuentra en algunos hospitales) o darse una ducha con agua caliente favorece la relajación muscular y de las articulaciones. También un masaje suave en los pies, la cabeza, los hombros, la zona del sacro o en cualquier otra zona con tensión puede favorecer la relajación y disminuir el dolor. Especialmente el masaje entre las contracciones puede ser útil para relajar a la madre.
Los objetivos son mejorar la ventilación de los alvéolos para garantizar un buen intercambio de aire, restituir el diafragma a su función como principal músculo respiratorio y restablecer la respiración coordinada y eficiente para disminuir el esfuerzo.
Entre los ejercicios respiratorios está la respiración abdominal y torácica, así como la llamada respiración soplido, que consiste en una inspiración nasal lenta y dirigida al diafragma. Este tipo de respiración incrementa la capacidad espiratoria al favorecer la correcta eliminación del dióxido de carbono y las toxinas, además mejora la oxigenación al momento de la inspiración.
Existen tres técnicas de respiración para mejorar la relajación de la madre y la oxigenación del bebé: la respiración torácica, abdominal y jadeante.
Durante la fase inicial del parto las contracciones son más o menos regulares y débiles. Duran entre 20 y 45 segundos, aparecen con una frecuencia aproximada de 15 minutos. Al principio y al final de las contracciones, la madre debe utilizar la respiración abdominal y durante la contracción la respiración torácica.
Durante la fase activa del parto las contracciones son intensas, duran aproximadamente 60 segundos y aparecen cada 3 a 5 minutos. Se debe realizar la respiración abdominal o la torácica al inicio y al final de la contracción y la respiración jadeante durante la contracción.
Durante la fase de transición las contracciones duran entre 60 a 90 segundos y son más frecuentes, cada dos minutos más o menos. En este momento se debe utilizar la respiración jadeante pero, para no hiperventilar, se debe combinar con respiraciones abdominales o torácicas.
Durante la fase de expulsión las contracciones aparecen cada dos minutos, son fuertes y duran más de un minuto. La mujer debe recuperarse después de cada pujo con respiraciones abdominales o torácicas, pues solo tiene dos minutos más o menos para reponerse. Mientras dura el pujo no se respira realmente, sino que se contiene el aire en los pulmones para hacer fuerza y expulsar al bebé.
Asegúrate de informarte bien sobre las clases antes de inscribirte para encontrar la que se ajuste a tus necesidades. Por ejemplo, si quieres intentar no utilizar anestesia epidural, busca una clase más centrada en los métodos naturales para aliviar el dolor. Algunos métodos necesitan de una participación muy activa de los futuros padres, en estos casos, habla con el papá para decidir juntos el método. También piensa qué papel quieres que él tenga durante el parto.
El método clásico, inventado en los años cincuenta, permite sobrellevar los dolores del parto. Sin embargo, se practica menos desde que se generalizó la anestesia epidural. Está basado en la información, la relajación, la gimnasia suave y el control de la respiración —que disminuyen la intensidad de los dolores—, recuperar fuerzas en el transcurso del alumbramiento y facilitar la expulsión del bebé.
Diversos ejercicios respiratorios, como la respiración torácica o jadeante, ayudan a la madre durante el parto. La inspiración y la espiración profundas contribuyen a fortalecer los músculos de la pared abdominal y a concentrarse menos en los dolores. Los ejercicios ayudan a controlar los músculos solicitados durante el parto, practicarlos en el domicilio se recomienda. Gracias a estos ejercicios, la futura madre maneja mejor las contracciones y los dolores en el transcurso del parto. El avance del bebé es más fácil de esta manera.
El yoga es una práctica que permite la armonía del cuerpo, la mente y el espíritu. Está basado en las posturas y la respiración consciente. Las sesiones duran alrededor de una hora y pueden tomarse desde el inicio del embarazo. El yoga permite estar atentos al cuerpo, concentrarse, relajarse, descargar tensiones y preocupaciones. También puede aliviar el dolor de espalda y adquirir técnicas de respiración, así como posturas que faciliten el parto.
Entre los ejercicios que se pueden realizar están los estiramientos que mejoran la flexibilidad y ayudan a tonificar los músculos solicitados en el transcurso del embarazo y durante el parto. También los ejercicios que implican coordinar la respiración y los movimientos, los ejercicios para aprender a posicionar bien la pelvis y los ejercicios para estar más flexible y ágil en el momento de dar a luz. El yoga puede practicarse también después del parto.
La sofrología es un método que utiliza técnicas de relajación física y mental. La respiración que se practica en este caso es la abdominal profunda y se denomina respiración sincrónica. Esta práctica disminuye el dolor y ayuda a aprender a relajarse. Se puede efectuar desde el quinto o sexto mes de embarazo.
Los ejercicios se realizan con los ojos cerrados. El objetivo es lograr la distensión mental y muscular que permiten relajarse y respirar tranquila e intensamente. También se busca el aprendizaje de técnicas de visualización de las diferentes etapas que sobrevienen hasta el momento del parto y el nacimiento del bebé, lo que permite anticipar los momentos del embarazo y el parto. Son importantes también los ejercicios musculares de estimulación, la concentración, el trabajo sobre la conciencia del cuerpo, aprender a recuperarse entre las contracciones y el control de la respiración.
Esta técnica permite entrar en contacto con el bebé al ejercer una ligera presión sobre el vientre de la madre con las manos para sentir al bebé moverse. Así, el padre y la madre viven juntos el desarrollo de su bebé. También permite a la pareja estar juntos con el bebé y el padre puede aprender gestos eficaces para ayudar y relajar a la madre durante el parto.
La haptonomía se practica en cuanto el bebé comienza a moverse en el vientre. A partir de los cuatro meses, más o menos, comienza a escuchar los sonidos externos, puede percibir las palabras, los sonidos, las vibraciones y la música. Además, comprende cuándo se dirigen a él y responde a los estímulos. Cuando el bebé siente el contacto con sus padres, se siente más seguro.
No se practica en grupo, excepto en las sesiones de pareja dirigidas por una comadrona o un médico. Se aconsejan ocho sesiones como mínimo. La madre aprende a hacer mover a su bebé, puede identificar las partes de su cuerpo (como cabeza o manos) y lo puede acariciar. El bebé puede cambiar de posición para sentirse más cómodo, sin molestar a la madre. Si la madre lo desea, el padre puede tener un lugar en el transcurso de las sesiones.
El agua representa un elemento relajante que permite estirarse y tener libertad en los movimientos. La preparación en la piscina se efectúa obligatoriamente bajo la dirección de una comadrona y un socorrista. Se debe preguntar al médico o a la comadrona cuáles son las piscinas que practican la preparación al parto. Esta permite flexibilizarse y trabajar armoniosamente todos los músculos. La gimnasia se realiza en una piscina pequeña, en agua caliente entre 27 ºC y 33 ºC. Cualquier mujer puede realizar estos ejercicios, aunque no sepan nadar.
En el agua, la mujer embarazada percibe su cuerpo de forma distinta: puede hacer ejercicios de estiramiento, aprende a manejar su respiración y a mover su cuerpo. El trabajo en la piscina permite soltar el perineo y realizar ejercicios que simulan el empuje en el transcurso del parto. Los masajes en el agua mejoran la circulación sanguínea y disminuyen las varices. La preparación en piscina es posible a partir de la semana 20 de embarazo y es necesario que el ginecólogo haga un certificado médico donde se especifique que la futura madre puede realizar este tipo de preparación.
Este método canadiense tiene por objetivo disminuir la intensidad de los dolores en el transcurso del alumbramiento gracias a la intervención del futuro papá. Se puede practicar desde el sexto mes de embarazo. El método Bonapace asocia la presión de dedos y la relajación. El futuro padre posa sus dedos, sin utilizar agujas, sobre los puntos de acupuntura situados a nivel de los pies, las manos y la espalda. Puede así, según este método, aliviar a la mamá efectuando pequeñas presiones sobre diferentes partes del cuerpo.
Este método está orientado a controlar el dolor durante el parto. El papel del padre es fundamental. Las parejas deben practicar ejercicios de relajación para el alivio del dolor cada día antes del parto. Así, cuando llega el momento de dar a luz, la mujer se relaja mediante la voz y al tacto de su pareja. Después del parto, se inicia el amamantamiento inmediato y es muy importante el contacto constante entre los padres y el bebé. Este método se utiliza frecuentemente en los partos en el domicilio o en otros ámbitos no hospitalarios.
Es un método de preparación al parto que se basa en una filosofía de los años 50. Fue creado por un obstetra francés, Ferdinand Lamaze, quien consideraba que el parto es un proceso fisiológico natural y que las mujeres deben estar preparadas para abordarlo sin miedo y con confianza. El padre tiene también un papel muy importante. Este método enseña a las mujeres a controlar la respiración y técnicas de relajación basadas en estímulos táctiles (masajes), visuales (centrándose en la visualización de un objeto) y auditivos (palabras de aliento), que contribuyen a eliminar el estrés y a disminuir la percepción del dolor provocado por las contracciones. Se puede asociar a la anestesia epidural para controlar el dolor. Además de una técnica de ayuda para el parto, este método es una verdadera filosofía que entiende la paternidad como una función vital.
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