Una contusión ósea se define por una lesión del hueso que se acompaña de una hemorragia interna. Contrariamente a la fractura, el hueso en este caso no está roto. La contusión ósea se asocia a menudo a la práctica deportiva (choque, caída). Puede ser muy dolorosa si se acompaña de una inflamación del periostio, la capa que recubre el hueso. Para el diagnóstico podemos utilizar la radiografía o la RMN. Las medidas que hay que tomar son el reposo y la aplicación de hielo. La contusión ósea evoluciona normalmente hacia la curación en algunas semanas o meses (incluso puede durar un año). Se pueden prescribir antiinflamatorios si los dolores son muy importantes.