La intolerancia a la lactosa causada por un déficit en lactasa, puede provocar después de haber consumido productos lácteos, diarreas o episodios de estreñimiento, dolores abdominales o hinchazones de vientre. Las consecuencias de la intolerancia a la lactosa son menos severas que las de una alergia a las proteínas de leche de vaca que necesitan la mayoría de las veces la exclusión total de los productos que contienen proteínas de leche de vaca.
Una persona intolerante a la lactosa no debe en ningún caso volver a consumir leche o productos lácteos. Puede consumirlo, más o menos según su tolerancia y respetando ciertas reglas, las que son indispensables para vivir mejor con esta intolerancia.
Una persona intolerante a la lactosa conoce su umbral de tolerancia a la lactosa. En efecto, progresivamente aprende a adaptar su consumo de leche y productos lácteos. La mayoría de los intolerantes a la lactosa puede consumir y digerir aproximadamente 1 tazón de leche de una sola vez sin presentar síntomas porque persiste siempre una actividad ligera de lactasa. Su tolerancia varía según la cantidad de lactosa ingerida así como de la cantidad residual de lactasa pero también de las condiciones de consumo de los productos lácteos.
Es aconsejado evitar beber leche en ayunas y en grandes cantidades. Es preferible fraccionarlo en varias tomas, consumirlo en las comidas, como por ejemplo en las preparaciones de puré o arroz y consumir con otros alimentos. Leches con bajo contenido en lactosa o deslactosada pueden también ser propuestas.
Preparaciones farmacéuticas a base de lactasa pueden ser propuestas a las personas más sensibles.
Es aconsejado consumir quesos de pasta dura o curados, menos ricos en lactosa que los quesos frescos y los yogures caseros que contienen menos lactosa.
Es aconsejado leer bien las etiquetas de los productos a consumir porque la lactosa también puede estar presente en otros alimentos como zumos de frutas, sopas o galletas.
Ciertos medicamentos contienen excipientes que contienen lactosa. Las personas intolerantes a la lactosa deben prevenir a su médico o farmacéutico, sobre todo durante la prescripción de medicamentos genéricos que pueden contener lactosa mientras que los medicamentos originales no lo contienen.
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