Los sulfitos son compuestos químicos derivados del azufre.
Los sulfitos son antioxidantes utilizados como conservantes de numerosos alimentos como el pescados, el marisco, las frutas secas, la mostaza y de ciertas bebidas, particularmente el vino blanco, la champaña, la cerveza y también las bebidas alcohólicas.
Los conservantes son aditivos alimentarios que permiten mantener los alimentos con sus cualidades nutritivas intactas durante cierto tiempo. Los sulfitos están autorizados en ciertos alimentos y las dosis no pueden exceder un límite máximo.
Los sulfitos se encuentran también en ciertos medicamentos.
Las etiquetas de los alimentos o bebidas deben mencionar obligatoriamente que contienen sulfitos. Los sulfitos aparecen identificados con números como E220, E221, E222 E223, E224, E225, E226, E227 o E228.
Los sulfitos aparecen identificados con las siguientes denominaciones: ácido sulfuroso (E220), sulfito de sodio (E221), sulfito ácido de sodio (E222), disulfito de sodio (E223), disulfito de potasio (E224), sulfito de calcio (E25), sulfito ácido de calcio (E226) sulfito ácido de calcio (E227) y sulfito ácido de potasio (E228).
El E220 refuerza el aroma, blanquea y estabiliza.
El sulfito E221 es un antimicrobiano y antioxidante.
El sulfito E222 es un conservante y permite el blanqueo.
El sulfito E227 es un aditivo espesante que evita la fermentación.
Los sulfitos pueden desencadenar una reacción alérgica o asma en ciertas personas.
Los síntomas de una intolerancia o alergia a los sulfitos son raramente severos. Por lo general, dichos síntomas aparecen después del consumo de alimentos que contienen sulfitos.
Los síntomas pueden manifestarse de forma aislada o conjunta. Las personas alérgicas a los sulfitos experimentan estornudos, secreción nasal, picor o picazón, urticaria, dolores abdominales y asma.
La intolerancia a los sulfitos puede provocar reacciones violentas tanto en las personas que padecen asma como en aquellas que sufren el síndrome de Vidal (poliposis nasal, asma, intolerancia a la aspirina).
Las personas alérgicas a la aspirina pueden sufrir reacciones más severas durante una intolerancia a los sulfitos.
En realidad es más correcto hablar de intolerancia a los sulfitos que de alergia, ya que la reacción que producen los sulfitos no hace intervenir al sistema inmunitario, ni moviliza a los anticuerpos ni a los linfocitos.
La intolerancia a los sulfitos es una reacción inflamatoria provocada por la mala tolerancia de los compuestos químicos contenidos en los sulfitos.
Se aconseja tomar un medicamento antihistamínico, un broncodilatador o un a corticoides (en los casos más graves).
Además, se recomienda no consumir alimentos o bebidas que contengan sulfitos, como el vino.
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