Frío y enfermedades crónicas: riesgos


Las personas que sufren de enfermedades crónicas son más vulnerables cuando las temperaturas bajan. ¿Cuáles son los riesgos debido al frío y cómo protegerse de estos?

Enfermedades respiratorias

El frío puede agravar las afecciones respiratorias como las bronquitis crónicas o las insuficiencias respiratorias. El aire frío estrecha el diámetro de los bronquios y enfría las mucosas. La exposición al frío puede acentuar los síntomas de las enfermedades respiratorias crónicas: ahogo, cansancio, cefaleas y dificultades en los esfuerzos diarios. El aire frío también aumenta los riesgos de crisis de asma.

Enfermedades cardiovasculares

En caso de disminución de la temperatura exterior, el organismo aumenta su producción de calor que tiene como consecuencia una aceleración del ritmo cardíaco y una vasoconstricción. De este modo, el frío aumenta los riesgos de angina de pecho, infarto de miocardio y obstrucción de las arterias por un coágulo.

Enfermedad de Raynaud

El frío favorece la contracción de vasos y aumenta los riesgos de crisis debidas a la enfermedad de Raynaud. Este problema circulatorio causa un estrechamiento excesivo de las arterias y se manifiesta por una interrupción del flujo sanguíneo en los dedos durante algunos minutos. La frecuencia de las crisis puede ser reducida protegiéndose correctamente contra el frío.

Diabetes

Las personas diabéticas son más sensibles a las temperaturas, ya sean muy elevadas o muy bajas, debido a una mala circulación de la sangre. En caso de bastante frío, los diabéticos son más propensos a los sabañones y a la hipotermia.

Por otro lado, los lectores de la glucemia pueden también ser dañados por el frío y los cambios de temperatura. Es recomendado conservar el material de control en un lugar fresco y seco, conforme a las instrucciones de utilización.

Cómo protegerse del frío

En invierno, es recomendado adoptar medidas de protección contra el frío para limitar los riesgos de agravación de enfermedades crónicas. Quedarse en casa, sobre todo por la noche, permite evitar exponerse a bajas temperaturas.

En caso de salida, es aconsejado cubrirse bien, sobre todo las partes del cuerpo más sensibles, como manos, pies, cuello, cabeza, nariz y boca. Es mejor evitar los esfuerzos físicos en el exterior.

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