Los diversos anticonceptivos hormonales pueden tener diferentes efectos secundarios no deseados. He aquí algunos de los más frecuentes.
Los primeros anticonceptivos orales que datan de muchos años contenían unas dosis muy elevadas de estrógenos (150 microgramos) que causaban importantes efectos secundarios: problemas tromboembólicos (afecciones que pueden llevar a la formación de coágulos de sangre anormales), accidentes cerebrovasculares, infartos agudos de miocardio, aumento de la presión arterial, sobrepeso y manchas en la cara (paño o melasma). Con el paso de los años se fue ajustando la cantidad de hormonas en rango que va de 15 a 35 microgramos. No obstante, en ocasiones pueden provocar náuseas, mareos y vómitos.
De aplicación mensual o trimestral su fórmula incluye progesterona sola o combinada con estrógenos. También contienen un bajo aporte hormonal y producen pocas reacciones adversas, como dolor de cabeza y en senos (mastalgia), además de sangrados irregulares.
Se coloca el primer día del sangrado menstrual en cualquier parte del cuerpo (excepto mamas y genitales) y se cambia cada siete días. Este anticonceptivo contiene una de las dosis más reducidas de estrógenos y su uso puede provocar un poco de mareo, dolor de cabeza, manchado sanguíneo entre una menstruación y otra, irritación en el sitio de aplicación y, en algunas mujeres, ausencia de menstruación.
Contiene estrógenos y progesterona. Se coloca dentro de la vagina el primer día del sangrado menstrual y se deja durante tres semanas; se descansan siete días. Si por alguna razón la mujer o su pareja llegaran a sentirlo durante las relaciones sexuales, pueden retirarlo y colocarlo después. Al principio llega a causar mareo leve, dolor de cabeza y manchado sanguíneo entre una menstruación y otra.
Es una cápsula o pequeño tubo que se inserta debajo de la piel. Libera progesterona, por lo que es una excelente alternativa para las mujeres que dan de lactar o que tienen contraindicados los estrógenos. Son eficaces desde el momento de su colocación y su efecto suele durar hasta tres años. Pueden provocar manchado sanguíneo entre menstruaciones y ciclos irregulares que se suelen ir corrigiendo con el tiempo de utilización. Asimismo, cuando la usuaria desee embarazarse o cambiar de método, es posible retirarlo en cualquier momento. Sin embargo, sólo debe ser colocado o retirado por personal médico mediante intervención quirúrgica, lo que frena la preferencia de muchas mujeres por este método.
Sólo contiene progesterona y, a partir de su colocación, es posible mantenerlo durante cinco años. Entre sus beneficios se encuentra la reducción del sangrado menstrual, el control o reducción del dolor menstrual. Es una buena alternativa para las mujeres durante la lactancia y en aquellas que no pueden tomar estrógenos. A veces al principio puede causar una cierta irregularidad de los ciclos. Su uso se recomienda a quienes sufren dismenorrea (dolor menstrual), pues ayuda a mejorar este problema.