El mosquito Aedes aegypti transmite el virus zika, además del dengue. Aprende sobre el modo de contagio, los principales síntomas y la mejor forma de protegerte de esta enfermedad.
El virus zika es una enfermedad similar al dengue y a la fiebre amarilla.
El mosquito Aedes aegypti transmite este virus a través de su picadura.
El virus zika ha motivado la primera declaración de emergencia sanitaria global en 2016 por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La organización internacional también se muestra preocupada por el presunto vínculo (aún no comprobado científicamente) del virus zika con miles de casos de microcefalia, especialmente en Brasil.
Tan solo uno de cada cuatro o cinco infectados por el virus zika desarrolla la enfermedad, según la revista médica The New England. Es decir, entre el 75 % y el 80 % de los infectados no llegan a ser conscientes de la infección al no desarrollar síntomas.
Los enfermos experimentan fiebre leve (por debajo de 38,5 ºC) y erupciones en la piel que comienzan en la cara y se extienden al resto del cuerpo. Se trata de erupciones maculopapulares, es decir, manchas rojas que pueden estar levemente sobreelevadas y que no pican.
Los dolores articulares y/o musculares que afectan, particularmente, a las manos y a los pies, así como la conjuntivitis, son las manifestaciones más frecuentes de la enfermedad transmitida por el mosquito Aedes aegypti.
Otros síntomas son el dolor de cabeza (detrás de las órbitas de los ojos), el cansancio y los vómitos.
Los primeros síntomas del virus zika suelen aparecer entre dos y doce días después de haber contraído la enfermedad.
Dado que muchos de los síntomas del virus zika son comunes al dengue y al chikungunya, deberán realizarse análisis de sangre para confirmar el diagnóstico y determinar la enfermedad, por lo que se recomienda consultar a un médico. El zika también es similar a la fiebre amarilla, el virus del Nilo Occidental y la encefalitis japonesa.
El mosquito Aedes aegypti ha transmitido el virus zika a miles de mujeres embarazadas, por lo que podría ser el causante de alrededor de 4.000 casos de microcefalia en bebés, principalmente en Brasil.
La microcefalia es un trastorno neurológico que puede ser visible exteriormente puesto que el tamaño del cráneo es excepcionalmente pequeño en relación al resto del cuerpo, lo cual dificulta el desarrollo cognitivo del niño.
No existe tratamiento específico para la infección por el virus Zika: solo pueden tratarse los síntomas.
Se recomienda reposo relativo en cama, según el estado general del paciente, y beber mucho líquido para evitar la deshidratación por la fiebre.
Asimismo, se puede tomar paracetamol para aliviar el dolor y la fiebre. En cambio, sería conveniente evitar la aspirina y otros antiinflamatorios como el ibuprofeno hasta haber descartado el dengue para evitar un eventual riesgo de hemorragia en ese caso.
El Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad no espera que el número de casos del virus zika en España supere a los registrados por el virus chikungunya (alrededor de 200 al año), puesto que ambas enfermedades se transmiten por el mismo mosquito y el riesgo de contagio es similar.
Hasta el momento se han notificado tres casos de la enfermedad en España, dos en Cataluña, diagnosticados a finales del año 2015 y un caso reciente en Valladolid. Todos los enfermos han estado en alguno de los países afectados por el virus zika.
Los miembros del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias admiten que existe un riesgo de transmisión autóctona del virus zika real durante el periodo de actividad vectorial en España, ya que el mosquito está presente en catorce provincias de siete comunidades autónomas (Cataluña, Comunidad Valenciana, Murcia, Baleares, Andalucía, País Vasco y Aragón).
Para avanzar en la detección de posibles casos y ofrecer un correcto abordaje de la enfermedad, el Ministerio y las comunidades autónomas están trabajando en la elaboración de un protocolo de preparación y respuesta frente al virus zika que será aprobado próximamente.
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