La microcefalia designa el tamaño excepcionalmente pequeño del cráneo. La microcefalia a veces es visible espontáneamente: el tamaño de la cabeza es anormalmente pequeño en relación al tamaño del cuerpo. Pero también se puede evaluar mediante la medición del perímetro craneal que es la medida del perímetro del cráneo. Se detecta en la infancia, de ahí la importancia de un diagnóstico precoz: se deberá hacer un seguimiento, así como se hace del peso y de la altura, con la medición del perímetro craneal durante todo el crecimiento y el desarrollo. La microcefalia puede ser debida a dos mecanismos principales: o es secundaria a una detención del desarrollo del cerebro, o bien se produce como resultado de la craneosinostosis, que corresponde a la soldadura prematura de las suturas del cráneo. Varias circunstancias pueden causar microcefalia congénita: una interrupción prematura del crecimiento durante el embarazo, el suministro insuficiente de sangre durante el embarazo o ciertas anomalías cromosómicas.
Los síntomas de la microcefalia son:
El diagnóstico de la microcefalia es relativamente fácil ya que se basa en un examen de la morfología del cráneo y de la circunferencia de la cabeza. Este examen se lleva a cabo utilizando una cinta métrica que permite la medición del perímetro craneal y la comparación con las curvas normales. El diagnóstico de microcefalia también se puede hacer durante el embarazo, a través del ultrasonido prenatal.
En general, este trastorno es a menudo imposible de corregir. En algunos casos, especialmente en los casos de craneosinostosis, es posible una cirugía para abrir ligeramente algunos lugares del cráneo con el fin de permitir que el cerebro se desarrolle más o menos de forma normal. Gran parte del tratamiento también consiste en controlar los síntomas de la microcefalia, el retraso mental y los trastornos del desarrollo entre otros.
Para prevenir las anomalías del niño antes de nacer (también la microcefalia) es importante que el embarazo se desarrolle lo mejor posible y que la madre no consuma sustancias tóxicas para el desarrollo del feto como el alcohol, el tabaco y las drogas.