Calzado para bebés que empiezan a caminar

Los pies de los bebés y los niños requieren cuidados especiales para favorecer un crecimiento adecuado, prevenir lesiones y disminuir el riesgo de malformaciones en el futuro.

Cuáles son los efectos del calzado de mala calidad en bebés y niños

Los pies son una de las partes más importantes del cuerpo, además del único punto de contacto con el suelo.

Como los bebés no hablan, no pueden decir a sus padres si los zapatos que llevan son cómodos y blanditos o, por el contrario, causan roces porque son demasiado pequeños para el pie.

Y no solo esto, la particularidad del calzado infantil es la rapidez del cambio, ya que el pie de un niño crece entre siete y ocho milímetros cada tres meses.

Zapatos para bebés que están aprendiendo a caminar

No obstante, los bebés y niños pequeños siempre encuentran el modo de hacer ver a sus padres que se han equivocado con la talla o el modelo de zapato. Cuando un niño no está cómodo con sus zapatos, suele quitárselos con frecuencia o llora cuando los lleva puestos.

Los padres también deben comprobar si los calcetines, las costuras o las hebillas del zapato dejan marcas en los pies del niño debido al mal ajuste del zapato. De ser así, habría que cambiar de calzado.

Tampoco conviene guiarse por las tallas, ya que varían de una marca a otra y entre distintos modelos de calzado.

A pesar de las recomendaciones generales sobre calzado infantil, los fabricantes siguen proponiendo suelas muy duras y botitas que inmovilizan el tobillo del bebé.

Cuándo hay que ponerle zapatos a un bebé

Los podólogos y pediatras recomiendan que todo bebé que aún no camina vaya descalzo siempre que sea posible (en casa y en otros espacios protegidos y templados). De hecho, en esta etapa, el bebé tiende a quitarse los zapatos porque se encuentra mucho más cómodo sin ellos.

Además, los pies de los bebés de hasta nueve meses son mucho más sensibles al tacto que las manos. Por ello, en los primeros meses los pies desempeñan una función esencial: informar al bebé sobre el mundo exterior.

En efecto, el bebé toca con sus pies todo lo que tiene a su alcance, los agarra con sus manitas y se los lleva a la boca donde las terminaciones nerviosas son mayores. Para el bebé, sus pies son receptores privilegiados y contribuyen a un mejor desarrollo de su inteligencia, de acuerdo con el estudio "Podología preventiva: niños descalzos igual a niños más inteligentes" llevado a cabo por Isabel Gentil García, profesora de la Escuela Universitaria de Enfermería, Fisioterapia y Podología de la Universidad Complutense de Madrid, España.

Cuando se calza a un bebé, se le priva tanto de la información táctil como de la percepción de la posición y movimiento de los pies en relación con el espacio.

A partir de los nueve meses de edad, el pie empieza a perder sensibilidad y una vez que el bebé empieza caminar debe llevar calzado.

Cuáles son los zapatos más adecuados para cada etapa del bebé

En la etapa preandante los pies deben ir desnudos cuando hace calor y cubiertos con calcetines si hace frío. En ocasiones especiales pueden llevar patucos ligeros de lana o algodón sin plantilla.

En cambio, el calzado de un bebé que ya camina debe respetar las indicaciones que te ofrecemos en el apartado siguiente.

Consejos para elegir el calzado infantil

El calzado infantil es muy importante porque contribuye a que la estructura ósea se mantenga equilibrada cuando lleguen a adultos.

Se recomienda emplear calzado por debajo del tobillo para que el tobillo pueda moverse libremente. Las botas de caña o zapatos con contrafuerte se utilizan en ocasiones muy puntuales.

El zapato debe ser lo suficientemente amplio para que no oprima el pie del niño, ya que está en pleno crecimiento.

Zapatos para bebés que empiezan a caminar

La parte delantera de la zapatilla o zapato tiene que ser flexible y poder doblarse con la mano hasta formar un ángulo de 90º para que no impida la correcta movilidad del pie y tenga cierta capacidad de amortiguación.

El empeine tiene que estar fabricado con piel muy blanda y la suela debe ser flexible y antideslizante. El contrafuerte será robusto para estabilizar el talón y evitar el riesgo de torsiones laterales.

El zapato no debe incorporar una plantilla correctora. El podólogo la prescribe si es necesario.

Los zapatos de piel ayudan a regular la temperatura de los pies y disminuyen el riesgo de desarrollar micosis o papilomas (la humedad facilita su implantación).

Sandalias de goma o Crocs: el calzado infantil más peligroso

Al parecer, las sandalias de goma tipo Crocs tienden a quedarse atrapadas en las escaleras mecánicas debido, precisamente, a dos características que las han convertido en éxito de ventas a nivel mundial: su flexibilidad y agarre.

Tanto en Estados Unidos como en Japón y Singapur se han registrado casos en los que los Crocs quedan atrapados en la superficie dentada de las escaleras mecánicas, en el espacio de separación de los escalones o en los laterales. Todos los informes sobre lesiones graves afectan a niños de hasta dos años de edad.

En el metro de Washington, D.C. (Estados Unidos) se han colocado carteles que adviertien a los pasajeros que no usen este tipo de calzado en las escaleras eléctricas. En Singapur, una niña de dos años que usaba sandalias de goma perdió el dedo gordo del pie en un accidente ocurrido en una escalera mecánica.

Foto: © Dmitry Lobanov - Shutterstock.com

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