Existen varios tipos de angina: las dos más frecuentes son la llamada angina roja (eritematosa) y la angina blanca (eritemato pultácea). Ambas pueden ser de origen viral (son las más frecuentes) o bacteriano. Es una infección local que causa una severo dolor en la garganta, provocado por la inflamación. La angina roja se llama así por el color que toma el interior de la garganta a nivel de las amígdalas palatinas cuando se manifiesta. La angina, en cualquiera de sus formas, es una enfermedad muy común y benigna, cuando está bien cuidada. Afecta a 9 millones de franceses cada año.
La angina roja como la angina blanca causan un fuerte dolor de garganta, especialmente al tragar. Aparece una coloración rojiza a nivel de las amígdalas y la faringe. La angina roja a veces se acompaña de fiebre, dolor de cabeza, tos y linfadenopatías locales. Si es viral, dura una semana. En general, la angina roja aparece en niños menores de 15 años.
Cuando aparecen los primeros síntomas de la angina se debe acudir al médico, quien podrá hacer el diagnóstico. La primera etapa consiste en el interrogatorio del paciente y en función de éste y de los signos clínicos, el médico se va a orientar hacia un origen viral o bacteriano. En caso de duda de un origen bacteriano, se puede es realizar una prueba llamada PDR (prueba rápida de diagnóstico). El médico utiliza un utensilio, el escobillón, que se parece a un gran bastoncillo que frota sobre la amígdala. Según el tipo de angina, el escobillón reacciona de modo diferente al contacto de un reactivo. El médico sabe entonces si la angina es viral o debida al estreptococo (bacteriana) y está en condiciones de determinar cual es el tratamiento mas adecuado.
El tratamiento no será el mismo en el caso de una angina vírica o bacteriana. En el caso de una angina viral el tratamiento consiste en medicamentos para tratar la fiebre y aliviar el dolor (paracetamol, antiinflamatorios, aspirina, etc.) Cuando la angina es bacteriana hay que tratar los síntomas y tomar antibióticos. Es importante seguir el tratamiento hasta el final incluso cuando los síntomas ya han desaparecido. Esto previene las recaídas y también la transmisión a las personas de alrededor.
La angina se transmite por el contacto con una persona infectada. Como para toda enfermedad que se puede transmitir hay que evitar el contacto directo con la persona enferma. También hay que intentar que la persona infectada se lave las manos y tenga cuidado y se cubra bien (boca y nariz) con el fin de no transmitir la angina por gotitas (postillones o estornudos).