El hidrocele es una enfermedad benigna que se manifiesta por una inflamación del escroto. No hay riesgo de desarrollar una enfermedad más grave y, cuando no es molesto, no se trata.
El hidrocele es un derrame de líquido en el saco que rodea a los testículos (escroto). Se produce en los adultos sin que se pueda identificar la causa, aunque puede ser la consecuencia de un traumatismo, infección y, más raramente, cáncer. Este problema también puede afectar a bebés (hidrocele recién nacido) ya que, normalmente, los testículos descienden, al nacer, de la cavidad abdominal en el escroto a través de un pequeño canal que, por lo general, se cierra poco después del nacimiento o en los meses posteriores. Si el canal no se cierra por completo, puede causar una fuga de líquido seroso, que después se acumula en los testículos, y da origen al hidrocele comunicante.
Generalmente, el hidrocele se manifiesta por el aumento de volumen, más o menos importante, de uno o ambos testículos. No es doloroso, pero su presencia puede ser perjudicial.
El diagnóstico de hidrocele se define a través de la palpación de los testículos y el uso de una prueba sencilla llamada transiluminación. Durante esta prueba, el médico coloca una lámpara justo detrás del escroto para ver si el haz de luz pasa a través de él. El paciente también puede ser sometido a una ecografía, que permite confirmar el diagnóstico y verificar la ausencia de un tumor testicular.
Hay diferentes tipos de tratamiento para el hidrocele. La cirugía de hidrocele es una de las soluciones quirúrgicas que se utilizadan en los recién nacidos con hidrocele comunicante. Esta técnica consiste en abrir la bolsa, extraer el líquido y suturar la comunicación entre el escroto y la cavidad abdominal. En los adultos, sin embargo, tratar la causa del hidrocele reactivo puede solucionar el problema. La cirugía se considera para los casos de hidrocele persistente y con causas desconocidas, sobre todo si el problema es molesto, doloroso y antiestético. Después de la operación, los testículos se encuentran fuera de sus funciones habituales durante dos o tres meses.
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