Mi bebé falleció

Resuelto
Leira - 8 oct 2010 a las 09:53
Dr. Fernández Mensajes enviados 232 Fecha de inscripción lunes, 8 de marzo de 2010 Estatus Miembro Última intervención miércoles, 28 de septiembre de 2011 - 8 oct 2010 a las 13:59
Hola,
Mi hijo murió una semana después de su nacimiento y no consigo vivir con este dolor. Lloro por las noches para no ser vista por los demás.
Antes de su nacimiento todo el mundo me preguntaba como haría con tres críos, porque eran muchos y me entraba la duda en ese momento. Ahora que ha fallecido, me siento mal por haber dudado, me siento un monstruo.
La relación con mi marido tampoco marcha bien; dormimos separadamente.
El me evita y yo me he refugiado en la comida. Ayuda por favor!

2 respuestas

Dra. Marta Marnet Mensajes enviados 36507 Fecha de inscripción martes, 3 de noviembre de 2009 Estatus Miembro Última intervención jueves, 16 de diciembre de 2021 47.660
8 oct 2010 a las 10:10
Hola Leira,
Me imagino el dolor que estás pasando con esta pérdida...Debes darte tiempo y hacer tu duelo, eso me parece muy importante de cara al futuro!. Si lo necesitas no dudes en buscar ayuda con un profesional (psicólogo o psiquiatra).
Respecto a tu marido es bastante frecuente un cierto alejamiento en la pareja ante experiencias tan traumáticas como la que os ha tocado vivir. Intenta acercarte a él y compartir tu dolor con el suyo. Seguro que eso os ayudará a ambos.
Muchos ánimos y gracias por escribir
Dr. Fernández Mensajes enviados 232 Fecha de inscripción lunes, 8 de marzo de 2010 Estatus Miembro Última intervención miércoles, 28 de septiembre de 2011 881
8 oct 2010 a las 13:59
Hola,

Lo que les ha sucedido es una de las peores cosas que le pueden suceder a los padres!
La reacción de vuestro esposo es tal vez difícil de sobrellevar, pero debéis tener en cuenta que él también está sufriendo enormemente; ambos necesitan hacer vuestro duelo.
Intentéis hablarlo juntos, los dos necesitáis el uno del otro. Sería benéfico que pudierais llorar juntos la pérdida de vuestro bebé. Debéis sinceraros y tratar de menguar vuestra pena sin excluir los sentimientos del otro.