Cuando la
próstata aumenta de tamaño, obstruye y estrangula a la
uretra aparece el denominado síndrome prostático. Los síntomas que aparecen derivan de esta obstrucción: chorro miccional flojo, dificultad para empezar a orinar, goteo al finalizar la
micción, micción entrecortada,
sensación de vaciado incompleto o micción incompleta, micción dificultosa, orinar frecuentemente, levantarse a orinar por las noches, tener que ir corriendo a orinar, etc. Es importante tener en cuenta de que no existe una relación directa entre el tamaño de la próstata y el grado de obstrucción.
Frecuencia
El síndrome prostático es un problema médico muy frecuente. A partir de los 35 años la próstata experimenta un crecimiento fisiológico progresivo. Ese crecimiento va a ir condicionando un grado de obstrucción cada vez mayor en la salida de la
orina. Este proceso se va a producir en todos los varones en mayor o menor grado. Como el grado de obstrucción es muy lentamente progresivo, en muchos casos no se advierte fácilmente hasta etapas muy evolucionadas.
Es una enfermedad muy frecuente en hombres de más de 80 años.
El exámen físico
En el examen físico se puede palpar una próstata aumentada de tamaño, grande, y en casos avanzados, un "globo" vesical.
La
hiperplasia benigna de próstata o HBP es el crecimiento
benigno de la próstata y es la responsable de la mayoría de los síntomas urinarios en el varón adulto. Es un proceso que se correlaciona con la edad del paciente.
¿Cuáles son los síntomas que aparecen en el síndrome prostático?
La HBP provoca una obstrucción a nivel de la uretra, es decir, del conducto de la orina. Esta obstrucción provoca una dificultad cada vez más importante para vaciar la orina que se almacena en la
vejiga urinaria.
Los síntomas son muy variados: habitualmente aparece un aumento en el número de micciones que debe realizar a lo largo del día, tanto diurnas como nocturnas. Asimismo, el paciente puede apreciar una dificultad creciente para iniciar la micción, el chorro de la orina va siendo más fino y menos potente y puede aparecer una micción en varios tiempos.
Una sensación de vaciado incompleto de la orina es frecuente. En casos extremos, la dificultad miccional creciente puede desembocar en la imposibilidad para realizar la micción, precisando el paciente una actuación médica inmediata.
Diagnóstico
El
diagnóstico del síndrome prostático se realiza gracias a la historia clínica del paciente y a una exploración física que consiste, basicamente, en un
tacto rectal.
Se pueden practicar algunas pruebas diagnósticas como una
ecografía para determinar el tamaño de la próstata y comprobar el volumen de orina que permanece en la vejiga después de realizar una micción. También puede ser interesante realizar una micciometría para valorar el grado de obstrucción en la vía urinaria. Asimismo se realiza un
análisis de sangre con determinación del
PSA.
Tratamiento
Médico
Cuando la obstrucción en la vía urinaria es leve o moderada se puede realizar un tratamiento médico con diversos productos
farmacéuticos: productos obtenidos a partir de plantas (
fitoterapia), productos que actúan sobre la inervación de la
glándula prostática (
alfabloqueantes) y fármacos que bloquean los mecanismos enzimáticos que controlan el crecimiento de la glándula prostática (inhibidores de la 5-Alfa-reductasa).
Quirúrgico
Cuando el tratamiento médico no es eficaz o la repercusión clínica es importante, se considera el tratamiento quirúrgico. Existen varias técnicas posibles: una
cirugía abierta convencional, una prostatectomía simple, o mediante cirugía endoscópica en la que se interviene al paciente a través del conducto de la orina, realizándose una resección transuretral de la próstata.
Para practicar una resección transuretral en los últimos 20 años se ha investigado con diferentes energías, especialmente con láser KTP. Los beneficios que se pretenden son: menor sangrado y menos tiempo de ingreso hospitalario con la misma eficacia.
Pronóstico
Se considera que aproximadamente el 75% de los hombres con una edad de 80 años padecerán alguna manifestación clínica debida al crecimiento de la próstata. La posibilidad de que precisen una
intervención quirúrgica es del 29%.
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