Fosamax es un medicamento utilizado para tratar la osteoporosis. La osteoporosis es una enfermedad ósea que afecta principalmente a las mujeres menopáusicas y que se manifiesta por huesos frágiles y menos densos, lo que eleva el riesgo de fractura para traumatismos mínimos.
Fosamax es indicado en los hombres y las mujeres (en particular después de la menopausia) que sufren de osteoporosis. Este medicamento es comercializado mediante comprimidos y se administra por vía oral. La dosis recomendada es de 1 comprimido de 10 mg por día. El comprimido debe ser tomado en ayunas por la mañana. No hay necesidad de masticarlo o dejarlo disolver en la boca. Esperar al menos 30 minutos antes de tomar el desayuno. Durante este periodo, la persona no debe recostarse para evitar una posible irritación del esófago. La duración del tratamiento no es claramente establecida, depende de los pacientes y de los resultados obtenidos. Se trata de un tratamiento a largo plazo cuyo resultado son evaluados cada 5 años
Fosamax es contraindicado en los pacientes hipersensibles a uno de sus componentes, los que sufren de insuficiencia renal severa o de hipocalcemia (baja cantidad de calcio en la sangre) y los que son afectados de una enfermedad que demora el paso de los alimentos a través del esófago (por ejemplo la estenosis). Este medicamento no debe ser administrado durante la lactancia, ni a las personas que tienen una discapacidad que les impide mantenerse en pie durante al menos 30 minutos.
Varios efectos secundarios han sido producidos, particularmente problemas gastrointestinales (diarreas, náuseas, vómitos), cefaleas, vértigos, dolores diversos (abdominales, óseos y articulares), picores y afecciones del esófago (esofagitis, estenosis).
Los tratamientos por Fosamax (en particular los tratamientos a largo plazo) son a veces asociados con fracturas del fémur. Al menor dolor sentido a nivel del muslo o de la ingle, hay que consultar con un médico.