Hay que tener cuidado y limitar el consumo de sal por día porque, aunque es necesaria para el organismo, también tiene efectos nefastos cuando se consume en exceso. Así el consumo de sal debería estar comprendido entre 1,5 y 5 g por día como máximo (aproximadamente una cucharadita de café). Un consumo superior, de 10 g de sal por día (que el lo que suelen consumir la mayoría de los europeos), es fuente de problemas cardiovasculares como la hipertensión arterial o la diabetes. Un consumo excesivo de sal también es responsable de osteoporosis.