Cómo afecta la tos ferina a los adultos

Qué causa la aparición de la tos ferina

La tos ferina es una infección provocada por el Bacilo Pertussis. La tos ferina es una enfermedad contagiosa que se caracteriza por provocar tos violenta e incontrolable durante semanas e incluso meses. El bacilo responsable de la enenfermedad puede encontrarse tanto en la boca como en la nariz y la garganta de una persona infectada.

Cómo distinguir la tos ferina del resfriado


En un primer momento, los síntomas de la tos ferina pueden parecerse a los del resfriado común o a los de una tos seca pero la tos ferina progresa hasta llegar a provocar episodios de tos severa.

En los últimos años asistimos a un resurgimiento de esta enfermedad en adolescentes y adultos debido a la disminución de la inmunidad vacunal y natural con el paso del tiempo.

Quién puede contagiarse de tos ferina

La tos ferina puede aparecer a cualquier edad, si bien es cierto que los niños pequeños que no hayan recibido todas las vacunas o aquellos que no han completado la serie de vacunación primaria tienen mayor riesgo de sufrir la versión más severa de la tos ferina.

Desde la década de los años ochenta, el número de enfermos de tosferina declarados ha ido aumentado en EEUU. Solo en 2005 se registraron más de 25.000 casos, la cantidad más elevada desde 1959. De entre todos los casos, aproximadamente el 60 % de los contagios se produjeron en adolescentes y adultos. Este aumento podría deberse a una disminución de la inmunidad en este segmento de la población.

Cómo se contagia la tosferina

La tos ferina se contagia de persona a persona por contacto directo con mucosidad o secreciones nasales y de la garganta de las personas infectadas. El contagio suele darse a menudo entre los miembros de una misma familia. Así, los hermanos mayores pueden convertirse en los portadores llevando la bacteria en la nariz o la garganta y contagiar a los bebés o a los hermanos pequeños.

Uno de los síntomas de la tos ferina es la tos rebelde y violenta

El periodo de incubación suele durar de siete a diez días (o incluso prolongarse hasta los 21 días o más).

Al principio, los síntomas coinciden con los de un resfriado común con estornudos, mucosidad nasal, fiebre no muy alta y tos.

Sin embargo, al cabo de dos semanas, aparecen vigorosos y repetidos ataques de una tos más grave acompañados de mucosidad nasal clara y espesa. El enfermo tose entre cinco y diez veces sin poder tomar aliento y cuando la tos acaba, el aire es inhalado con tanta fuerza que provoca un ruido muy característico al entrar en la tráquea. Los accesos de tos pueden llega a ser muy violentos y a menudo asustan porque el rostro se enrojece o se vuelve azulado (cianosis), los ojos parecen salir de las órbitas y las venas del cuello se dilatan. La tos, a veces, se acompaña de vómitos. Estos accesos de tos pueden durar de uno a dos meses y se desencadenan especialmente por la noche.

Los ancianos o los niños parcialmente inmunizados, generalmente, presentan síntomas más leves.

Sin tratamiento, una persona puede transmitir la tos ferina desde el inicio de los síntomas hasta tres semanas después del inicio de los episodios de tos. Con tratamiento antibiótico, este período de contagio se reduce a cinco días.

Cómo diagnosticar la tos ferina

El diagnóstico definitivo solo lo puede dar el análisis del exudado nasofaríngeo especial para bordetella.

Cuál es el pronóstico de la tosferina y las posibles complicaciones

Las complicaciones suelen darse especialmente en bebés y niños pequeños. En efecto, la mortalidad global es del 0.2 % y afecta, sobre todo, a lactantes.

Las complicaciones más frecuentes son la neumonía, la bronquitis, la atelectasia, la otitis,la encefalopatía, el síncope o los episodios de pérdida de conciencia, la deshidratación, las convulsiones, los episodios de apnea (breve retraso en la respiración) e incluso la muerte.

Tratamiento de la tos ferina

En los menores de un año es recomendable la hospitalización.

La base del tratamiento son los antibióticos. Los más recomendados son la azitromizina, la eritromicina y la claritromicina. Otra alternativa es el uso del trimetoprim-sulfametoxazol.

Del mismo modo, el tratamiento sintomático consistirá en controlar los accesos de tos y mantener una buena hidratación. También, siempre que sea necesario, se podrá administrar oxígeno y se aspirarán las secreciones.

Para las personas que han estado en contacto con enfermos y no están vacunadas, se recomienda administrar gammaglobulina hiperinmune como prevención.

¿Es posible volver a contagiarse de tos ferina?

La inmunidad contra la tos ferina no dura toda la vida. Es decir, aunque se haya recibido la vacuna y padecido la enfermedad, la inmunidad disminuye al cabo de entre cinco y diez años. Por este motivo, tanto los niños mayores como los adolescentes y los adultos pueden contraer la tos ferina, por lo que necesitarán volver a vacunarse.

Cuál es el calendario de vacunación contra la tosferina en los niños

En los bebés y en los niños la vacuna contra la tos ferina se administra junto a la de la difteria y el tétanos (DTP) a los 2,4 y 6 meses, entre 15 y 18 meses de edad y una nueva dosis a los niños de entre 4 y 6 años.

En cambio, en adolescentes y adultos se administra una dosis única de refuerzo llamada Tdap (tétano, difteria y tos ferina acelular). La edad preferida para la vacunación sistemática con la vacuna Tdap es desde los 11 a los 12 años de edad. Los adolescentes con edades comprendidas entre 11 y 18 años de edad deben recibir una dosis única de Tdap en lugar de Td (tétanos, difteria) como vacuna de refuerzo contra el tétanos, la difteria y la tos ferina, si ya han completado la serie de vacunas de DTP / DTaP recomendadas para los niños.

Los adultos también deben vacunarse contra la tosferina

Vacunar a adolescentes y adultos es el cambio más importante que se ha de realizar en la estrategia de la inmunización contra el Bacilo Pertussis, puesto que es la forma más apropiada de proteger al recién nacido y al lactante que todavía no ha tenido tiempo de completar la tanda de vacunaciones.

Para los adultos de entre 19 y 64 años de edad que no han recibido previamente la dosis de Tdap, una dosis de Tdap sustituye a una dosis de vacuna de refuerzo Td, si el paciente recibió una vacuna que contuviera toxoide tetánico al menos diez años antes.

Además, los adultos que no hayan recibido previamente la dosis de Tdap y tengan un contacto cercano con un bebé de menos de 12 meses, deberán recibir una dosis y se recomienda que se haga con un intervalo de dos años desde la última vacuna Td.

Del mismo modo, el personal sanitario que trabaja en hospitales y ambulatorios que no haya recibido previamente Tdap y que está en contacto directo con pacientes, deberá recibir una dosis de Tdap, recomendándose que se haga con un intervalo de dos años desde la última vacuna Td.

Foto: © Fotolia.

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