La tos es un acto reflejo que consiste en una espiración, más o menos fuerte, del aire contenido en los pulmones. La tos aparece como consecuencia de una irritación de las vías respiratorias y permite la expulsión de mucosidades depositadas en la superficie de las membranas mucosas. Las causas de la tos son muy numerosas.
Por ejemplo, la rinofaringitis, de origen viral o bacteriano, produce a menudo una secreción posterior que puede provocar una tos productiva acompañada de expectoraciones con flemas. También pueden provocar episodios de tos una angina, la sinusitis o una otitis.
La laringitis es una inflamación aguda de la laringe provocada por una infección, bacteriana o viral, o una alergia. Edematizada e inflamada durante una laringitis, la laringe impide, de esta manera, el paso del aire. A continuación, el enfermo padece molestias respiratorias violentas que pueden evolucionar hacia formas más graves e incluso provocar asfixia.
La laringitis tiene un origen vírico y afecta, a menudo, a niños de entre uno y seis años.
En cuanto a los síntomas, la laringitis se manifiesta a través de tos violenta y bastante ronca que aparece de forma inesperada junto a episodios de tos asfixiante, seguidos de una pausa respiratoria y de cianosis (labios azulados). Y no solo esto sino que además los enfermos suelen experimentar molestias respiratorias y tos que aparece bruscamente por la noche cuando se sienten bien.
El tabaquismo puede provocar numerosas molestias como, por ejemplo, dolores de garganta, infecciones ORL (otorrinolaringológicas), anginas, rinofaringitis, laringitis u otitis.
Asímismo, el tabaco es uno de los causantes del desarrollo de cánceres, enfermedades cardiovasculares, asma y bronquitis crónica.
El diagnostico de una crisis de asma típica y característica es bastante simple de realizar.
La gran mayoría de asmáticos no presentan crisis sibilantes de este tipo por lo que el asma se desarrolla lenta pero firmemente durante años. En efecto, muchas personas pasan años sintiendo pequeñas molestias sin que se realice un diagnóstico.
También pueden ser síntomas de asma tanto los episodios frecuentes de bronquitis como los episodios de tos seca que se prolongan durante varias semanas, incluso meses o años, y que aparecen frecuentemente durante la noche o al realizar cualquier esfuerzo.
Otros síntomas de asma son la disnea o sensación de perder el aliento, al igual que la sensación de gran fatiga o incluso los episodios de tos recurrente que se prolongan varias semanas después de una rinofaringitis.
Ahora bien, aunque muchísimas personas experimentan durante años este tipo de manifestaciones no se les diagnostica asma. Sin embargo, cuando la enfermedad no se trata, pude ir agravándose poco a poco hasta convertirse, al cabo de los años, en una insuficiencia respiratoria con graves consecuencias y difícil de tratar.
Una neumonía o una bronquitis producen episodios de tos muy violentos. Además, en la mayoría de casos se trata de una tos productiva.
Varios síntomas, algunos menores y comunes a numerosas enfermedades, pueden servir de base para diagnosticar el cáncer de pulmón. Los síntomas del cáncer de pulmón incluyen: tos, disnea, esputos de sangre, ganglios en la base del cuello o a nivel de las clavículas, dificultades para comer, pérdida del apetito, adelgazamiento y dolores torácicos.
La tuberculosis, una enfermedad contagiosa que se propaga por el aire, puede provocar episodios de tos.
El diagnostico de la tos ferina (o tosferina) es difícil porque esta enfermedad puede parecerse, por ejemplo, a la bronquitis. Por eso, muchos niños padecen tos ferina durante varias semanas antes de que se realice el diagnostico.
El periodo de incubación dura, aproximadamente, de siete a catorce días. Después deja paso a la fase de invasión que dura diez días y al final de los cuales aparece una rinofaringitis que precede, normalmente, a los primeros síntomas de la tos ferina.
Los ataques de tos son característicos de la tos ferina.
En efecto, los enfermos de tos ferina experimentan un tipo de tos que es cada vez más violenta y frecuente pudiendo desencadenar verdaderos ataques de tos que dificultan la respiración. Estos ataques terminan con unas sacudidas respiratorias ruidosas similares al canto de un gallo.
Los ataques de tos agotan al paciente ya que pueden reproducirse hasta veinte veces al día. El enfermo suele inspirar profunda y ruidosamente entre dos ataques de tos. Sin embargo, mientras que los ataques de tos suelen durar de dos a cuatro semanas, los episodios de tos seca pueden prolongarse después de los ataques de tos, agravados por el esfuerzos, el frío o el tabaco.
Además, la enfermedad de la tos ferina en los recién nacidos puede complicarse con problemas respiratorios graves.
No es fácil diagnosticar la tosferina. Los médicos necesitan efectuar una extracción de la nasofaringe donde poder buscar la bacteria que causa la enfermedad, además de un análisis de sangre. Este último sirve para efectuar una serología de la tos ferina que habrá que volver a repetir al cabo de tres semanas para confirmar el diagnóstico de la tos ferina.
La presencia de cuerpos extraños, sobre todo en niños, puede provocar episodios de tos.
El término neumoconiosis se refiere al conjunto de enfermedades pulmonares provocadas por la inhalación de partículas solidas y su fijación en los pulmones.
Por ejemplo, mientras que la silicosis aparece como consecuencia de la inhalación de dióxido de silicio, la siderosis está provocada por la exposición al polvo de hierro. El absceso del pulmón y el enfisema pulmonar (distensión de los alveolos con la destrucción de sus paredes) también provocan tos.
Algunas personas presentan episodios de tos psicogénicas vinculados a su estado de tensión y de estrés y agravados por situaciones de angustia.
El reflujo gastroesofágico tiene su origen en una disfunción del esfínter esofágico, válvula protectora situada en la unión del esófago con el estómago. Esta válvula impide normalmente que el contenido del estómago (los jugos gástricos ácidos) suban hacia el esófago. Cuando esta válvula no funciona correctamente los jugos gástricos llegan al esófago.
Numerosos síntomas pueden indicar un reflujo gastroesofágico, como por ejemplo, la pirosis. Se trata de un ardor que aparece de manera extendida, situándose detrás del esternón y aumentando de intensidad después de la comida.
El ardor estomacal es otro de los síntomas. Consiste en ardores epigástricos, sin trayecto ascendente que aparecen cuando los jugos gástricos suben del estómago hacia el esófago.
Otros síntomas incluyen: ronquera de la voz, dificultades para comer y tos seca o disnea (suele aparecer por la noche y recuerda a una crisis de asma).
Asímismo, los dolores pueden provocar una angina de pecho.
La embolia pulmonar corresponde a una obstrucción de la arteria por un coágulo de sangre que proviene de una vena con trombosis y provoca disnea, taquicardia, dolores en el pecho, episodios de tos, esputos de sangre (hemoptisis), mareos, malestar, fiebre, transpiración y cianosis de las extremidades. Algunas embolias pulmonares pueden provocar un paro cardiocirculatorio.
Algunos medicamentos como los medicamentos antihipertensivos pueden provocar episodios de tos.
La insuficiencia cardiaca puede causar tos, así como la fibrosis quística o el virus VIH.
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