La disminución de estrógenos, durante la menopausia, provoca cambios en el cuerpo de la mujer, cuyas curvas cambian provocando una modificación de la silueta. Los cambios hormonales provocados por la menopausia provocan una pérdida de la masa muscular y un aumento de los tejidos grasos, especialmente a nivel del abdomen. La masa muscular disminuye, mientras que la grasa corporal aumenta. Las grasas tienen la tendencia a concentrarse a nivel del abdomen, muslos, y nalgas. Estas partes del cuerpo pierden masa muscular.
El periodo de la menopausia corresponde a una fase de sus vidas en la que las mujeres tienen la tendencia de aumentar de peso aproximadamente entre 3 y 5 kilos. La aparición de grasa en el abdomen expone a las mujeres al síndrome metabólico que puede provocar una diabetes, un accidente cerebrovascular o complicaciones cardiovasculares.
Es indispensable adoptar una buena higiene de vida, cuyos 2 elementos esenciales son una alimentación equilibrada asociada a una actividad física regular.
Adoptar una alimentación equilibrada y variada es una condición indispensable para alimentarse correctamente.
Se debe evitar el consumo de alcohol durante la menopausia. La disminución del consumo de alcohol evitará los riesgos de pérdida de calcio.
Realizar una actividad deportiva 2 a 3 veces por semana como mínimo permite conservar la flexibilidad así como la fuerza muscular. Se recomienda especialmente caminar. Se recomienda también el ciclismo y la natación.