La alergia a proteínas de leche de vaca afecta entre el 2 y el 3 % de niños de menos de 2 años de edad. Más del 50 % de los niños que presentan una alergia alimentaria son alérgicos a varios alimentos, como a los huevos, a la leche de vaca, y al cacahuete. Esta alergia es una de las alergias más frecuentes en los niños pequeños.
Sólo un alergólogo que conoce bien el problema de esta alergia puede realizar un diagnóstico preciso y confirmarla con certeza y evaluar su grado.
Un análisis de sangre muy preciso comprende la reacción de los anticuerpos a las 3 proteínas más frecuentes de leche de vaca: lactoalbúmina, beta-lactoglobulina y caseína.
Una prueba epicutánea llamada Diallertest permite poner en evidencia el aspecto retrasado de este tipo de alergia: esta prueba se aplica en la espalda y su lectura se efectúa 48 horas más tarde.
Atención: que la prueba de positivo no quiere decir necesariamente que se tenga alergia a las proteínas de la leche de vaca, por lo tanto, se deben realizar más pruebas.
Pruebas cutáneas con leche en polvo por ejemplo.
Las pruebas de provocación son a menudo pedidas por el alergólogo para confirmar esta alergia. Son efectuados en un centro hospitalario debido al riesgo de reacciones que pueden aparecer después de la absorción de leche.
Es indispensable comprender que el diagnóstico de la alergia a las proteínas de la leche de vaca, como al de los numerosos alimentos, necesita un diagnóstico preciso que debe de ser efectuado por un alergólogo experimentado en este tipo de alergias.
El diagnóstico de una alergia a las proteínas de la leche de vaca, o de un producto alimentario en general, se confirma con los elementos recogidos por el alergólogo, el resultado de un análisis de sangre no basta en ningún caso para realizar un diagnóstico definitivo cuyas consecuencias pueden ser perjudiciales para el niño debido al régimen impuesto en el momento del diagnóstico.