El consumo de medicamentos con alcohol o cafeína pueden provocar efectos secundarios serios que es importante conocer.
El alcohol puede provocar reacciones con ciertos medicamentos y agravar ciertos efectos adversos, como la somnolencia.
El alcohol es desaconsejado durante la toma de medicamentos porque disminuye el grado de alerta. Los medicamentos concernidos son los ansiolíticos de tipo benzodiazepina, los analgésicos o antitusígenos que contienen codeína o tramadol, neurolépticos y ciertos antidepresivos.
Hay que tener prudencia al consumir medicamentos antihistamínicos prescritos durante las manifestaciones alérgicas. Los antihistamínicos más recientes presentan menos efectos de somnolencia pero ciertos pacientes describen, sin embargo, episodios de cansancio y de somnolencia.
En el caso de tomar alcohol con estos medicamentos puede aparecer una somnolencia y una disminución de los reflejos. Esto puede conducir a accidentes, especialmente al conducir vehículos.
El consumo de alcohol con ciertos medicamentos antiinflamatorios o aspirina puede provocar ardor de estómago o reflujos.
Los efectos de los medicamentos antivitaminas K (anticoagulantes) pueden ser aumentados en caso de un fuerte consumo de alcohol o disminuidos en caso de alcoholismo crónico.
La cafeína contenida en el café, el té y ciertas sodas puede tener interacciones con ciertos medicamentos como los antibióticos prescritos durante infecciones urinarias. Estos antibióticos impiden la buena eliminación de la cafeína provocando un exceso de cafeína.
La teofilina, muy utilizada hace una veintena de años en el tratamiento del asma, también presenta el mismo tipo de interacciones.
El exceso de cafeína puede provocar excitación, palpitaciones, agitación, temblores, sudor, fiebre, nerviosismo, insomnio, trastornos gastrointestinales, taquicardia, etc.
Evitar el consumo de café, té o sodas es primordial durante el consumo de estos medicamentos.