Los problemas originados en la columna cervical pueden provocar dolor y otros síntomas, tales como hormigueo, entumecimiento y debilidad muscular, que pueden localizarse en el cuello y/o extenderse a hombros, brazos y manos. La mayoría de las veces, las manos se adormecen porque se comprimen los nervios que emergen del cuello y llegan hasta las manos. El adormecimiento de manos o parte de ellas generalmente tiene su origen en la columna cervical.
En la mayoría de los casos un disco intervertebral se hernia y comprime algún nervio. En otros casos la artrosis es responsable de estos síntomas, pues aquí los llamados "picos de loro" actúan como compresores del mismo nervio. En otras ocasiones los responsables son tumores, quistes o problemas medulares. También puede haber dolor intenso si la compresión es muy importante.
El comienzo de la afección es generalmente lento y progresivo y va aumentando poco a poco su intensidad. El dolor empieza en la nuca siguiendo hacia el hombro y el brazo y acaba en la mano. A menudos son más intensos por la noche y obliga a la persona a colocarse boca arriba con la mano detrás de la nuca. Permanecer más de una hora en la cama se convierte en un suplicio, en una primera etapa calma al caminar y aumenta al estar sentado. En otras ocasiones no existe dolor y el hormigueo en las manos es el único síntoma, en estos casos resulta difícil convencer al enfermo que el origen está en el cuello.
Debe constar de reposo. Hay que descomprimir los nervios con medicamentos que tienen la finalidad de deshinchar la raíz afectada. Otra medida es la la reubicación del disco a una zona que no comprima al nervio por medio de quiropraxia. Puede ser necesario mantener la relajación muscular con sedantes que se suministran en varias tomas diarias para mantener constante la distensión de la musculatura. Asimismo, pueden ayudar las aplicaciones de compresas de hielo y los masajes.
En los casos graves es necesaria la cirugía que consiste en eliminar el elemento que comprime al nervio. Esta afección cervical se cura de una u otra forma pero hay que acudir a la consulta de un profesional ya que cuanto más se tarda en empezar los tratamientos, más aumenta la inflamación y en muchos casos peligra la resolución del problema.
Se caracteriza por un dolor de hombro, brazo y mano. Puede aparecer en personas que cargan pesos muertos (como maletas) con el consiguiente estiramiento muscular.
La arteria que lleva sangre al brazo y a la mano queda atrapada entre los músculos de la axila y al colapsarse deja de llevar sangre hasta detener el pulso. Este síndrome se presenta también con frecuencia en personas que adoptan malas posturas de los hombros y que se quejan de dolor por encima de la clavícula, desde el hombro hasta el brazo y la mano, incluyendo los dedos meñique y anular que se aviva según la posición del brazo y del cuello.
A veces los dedos aparecen fríos o existe una intolerancia al frío, dificultad de movimiento y dolor. La mano puede cambiar de color: puede aparecer con palidez extrema o amoratada por falta de circulación. El pulso se siente débil o no existe. Si este atrapamiento de la arteria no se trata puede llegar a dañar seriamente los dedos y aparecer úlceras y necrosis en los dedos por falta de circulación.
También puede presentarse hinchazón del brazo, venas que se observan protuberantes y molestias al mover el brazo y el cuello. El tratamiento es médico a base de fisioterapia, vitaminas del grupo B, medicamentos dilatadores de los vasos sanguíneos. Sólo se debe recurrir a la cirugía cuando el tratamiento médico no es eficaz.