Los tendones pueden ser debilitados y provocar dolores. Las Tendinitis provocan dolores de intensidad variable según el tipo y la intensidad de las lesiones. Pueden provocar una pérdida de la movilidad y una atrofia muscular.
Una reeducación por sesiones de kinesiterapia es también muy benéfica.
Un tratamiento antiinflamatorio no esteroideo de 8 a 15 días es generalmente indicado al principio de los dolores. Puede ser prolongado si el dolor persiste.
Los tratamientos asociados son, según los casos, sesiones de kinesiterapia (cuando el dolor y la inflamación han disminuido) o la inyección de un corticoide en el tendón afectado.
El protocolo de Stanish consiste en efectuar ejercicios de estiramiento, que permiten reforzar el tendón, y aumentar el tiempo de descanso del músculo. Luego, un fortalecimiento muscular con una carga progresiva así como un aumento de la velocidad de contracción permiten al tendón reaccionar favorablemente durante los esfuerzos musculares.
Las ondas de choque radiales pueden destruir las calcificaciones, disminuir los dolores y mejorar la vascularización que permite una mejor cicatrización de los tendones.
Las inyecciones de plasma rico en plaquetas, también denominado PRP, representan un tratamiento reciente en curso de evaluación. Estas inyecciones se efectúan tomando sangre del paciente y reinyectándolo en el tendón afectado después de la centrifugación. Estas inyecciones son efectuadas bajo control ecográfico por equipos que controlan bien esta técnica. Esta técnica podría evitar las infiltraciones de corticoides, que no consiguen una curación de las tendinitis.
Las inyecciones de ácido hialurónico pueden ser efectuadas en los tendones afectados y permitir una mejoría.