Las neuralgias faciales se manifiestan por dolores agudos (o paroxísticos) en uno o varios territorios de la cara. El nervio trigémino es un nervio craneal responsable a la vez de la sensibilidad de la cara a través de sus tres ramas, pero también de la motricidad de los músculos que permiten la masticación. En caso de una lesión de este nervio, aparecen síntomas que se pueden identificar con estas funciones, tales como los trastornos sensitivos de la cara. Distinguimos clasicamente dos tipos de neuralgia de la cara: la neuralgia llamada del trigémino, sin causa identificada, que aparece principalmente en las mujeres hacia los 50 años, y la neuralgia secundaria a otras patologías que provocan la compresión o la irritación de este nervio o de una de sus ramas.
La neuralgia del trigémino se caracteriza por los siguientes síntomas:
La neuralgia secundaria del trigémino tiene algunas variaciones, como la persistencia de un dolor residual entre los ataques. Las tres ramas pueden verse afectadas de forma simultánea.
Un examen clínico es a menudo es suficiente para diagnosticar una neuralgia facial. Sin embargo, un cierto número de exámenes complementarios serán realizados para buscar una causa que se pueda identificar para estos dolores nerviosos. A menudo serán necesarios un escáner cerebral o una RMN así como un análisis de sangre.
Cuando a través de los exámenes complementarios se identifica una causa ésta debe ser tratada. Para las neuralgias esenciales del trigémino se utilizan a menudo medicamentos de la clase de los antiepilépticos. Otras dos técnicas son consideradas en caso de molestias graves a pesar de los tratamientos farmacológicos: la cirugía para descomprimir el nervio o la termocoagulación percutánea.
La neuralgia facial generalmente es inaccesible a la prevención.