La tiroides es una glándula endotrina situada debajo de la laringe, en la base del cuello; en la tiroides puede aparecer un cáncer, aunque los casos son raros. Entre los factores que aumentan el riesgo de desarrollar un cáncer de tiroides encontramos una exposición a radiaciones así como las carencias o los excesos de aportes en yodo. Existen diferentes tipos de cánceres dependiendo de las células afectadas. Los cánceres llamados papilares afectan más bien a las mujeres jóvenes, mientras que los cánceres llamados vesiculares alcanzan más bien al hombre de más de edad. Los cánceres medulares son menos frecuentes.
Algunos síntomas pueden hacer sospechar un cáncer de tiroides: la aparición de un nódulo en la base del cuello o de adenopatías en los ganglios cercanos, síntomas debidos a la compresión de un órgano situado en las cercanías, disfonía o cambios en la voz, dificultad para hablar, comer, respirar ... A veces la enfermedad no dá síntomas y se denomina asintomática. En estos casos se suele descubrir por casualidad al realizar, por ejemplo, una ecografía cervical. El carcinoma medular puede ser responsable de diarreas y de golpes de calor.
Varias pruebas se pueden utilizar para hacer el diagnóstico de un cáncer de tiroides; generalmente la primera prueba suele ser una ecografía para comprobar la existencia - o no - del tumor , su tamaño y otras características. Una punción puede extraer el líquido contenido en el tumor: se analiza, entonces, con un microscopio. Por último, se puede realizar una gammagrafía. En caso de confirmación del tumor se debe realizar un estudio de extensión, es decir, todos los exámenes para buscar metástasis en otros órganos (cánceres secundarios).
La cirugía es el primer tratamiento del cáncer de tiroides. Se extirpa la glándula (tiroidectomía) y eventualmente también los ganglios de alrededor. Las células de cáncer que quedan son destruidas por una inyección de yodo radiactivo . El paciente debe tomar la terapia hormonal de por vida para compensar la pérdida de la secreción de hormonas de la tiroides.
La exposición a las radiaciones debe ser controlada así como las deficiencias o el exceso de aportaciones en yodo deben ser limitados para prevenir ciertos tipos de estos cánceres de la tiroides..