Las glándulas salivales son órganos glandulares responsables de la secreción de la saliva, que participa en la primera etapa de la digestión junto con la masticación para iniciar la degradación de las sustancias alimenticias. Existen varios tipos de glándulas salivales: las glándulas accesorias (situadas en la pared interna de la cavidad oral) y las glándulas principales que incluyen las glándulas submandibulares, sublinguales, y las dos más grandes, las parótidas. Las glándulas parótidas son las más frecuentemente afectadas por tumores que son benignos en la mayoría de los casos. Los cánceres de las glándulas salivales están representados principalmente por los cánceres parotídeos.
Los síntomas que nos pueden evocar un cáncer de las glándulas salivales son:
Los diferentes síntomas que refiere el paciente pueden sugerirnos un cáncer de las glándulas salivales. Sin duda, además de la exploración clínica el médico le pedirá al paciente que se realice una ecografía y un escáner o RMN. El diagnóstico de certeza se realiza con una punción; a veces la confirmación debe esperar el análisis de la muestra después de la extirpación quirúrgica de la glándula parótida. En caso de confirmarse la naturaleza cancerosa del tumor, es necesario realizar un estudio de extensión, es decir, realizar pruebas adicionales para demostrar la existencia o no de células cancerígenas que hayan emigrado a los ganglios linfáticos a través de la circulación linfática o metástasis en otros órganos.
Lo más habitual es que un cáncer de parótida requiere la extirpación quirúrgica de la glándula. El tratamiento de los cánceres de las glándulas salivales depende de la clasificación del tumor después de haber realizado el estudio de extensión. Una extirpación de los ganglios se asocia frecuentemente con la cirugía, y en las formas avanzadas, puede ser necesaria la radioterapia.