La tortícolis muscular (o simplemente "tortícolis") es el tipo de tortícolis más frecuente. Por lo general, la tortícolis afecta al músculo esternocleidomastoideo (un músculo importante que se localiza en el cuello), pero también puede afectar a los músculos trapecios. La tortícolis puede aparecer después de un traumatismo o de un movimiento brusco del cuello, pero también durante un proceso gripal.
El primer síntoma es la contractura del músculo del cuello. Esta afección causa dolor e impide el movimiento del cuello. La persona mantiene el cuello doblado e inclinado hacia el lado afectado y la cabeza volteada hacia el lado opuesto. La torticolis puede ser pasajera (en casos de accidentes, de una gripe o de dolores agudos) o crónica.
Las mujeres especialmente después de la menopausia. Los conductores que hayan sufrido un "golpe de conejo" (afección del raquis cervical). Las personas que hayan tenido algún problema con los músculos trapecios o con las vértebras cervicales.
En el caso de los niños, la tortícolis debe ser examinada con mucho cuidado ya que podría deberse a un cuadro de escoliosis o de estrabismo (falta de coordinación entre los ojos).
El tratamiento de la tortícolis consiste en: