La infección por VIH se manifiesta con síntomas que varían dependiendo de la etapa de la enfermedad. La primo-infección(primer mes) se caracteriza por fiebre, dolor de cabeza (cefaleas), diarreas, vómitos, dolor muscular y abdominal. Se forman manchas rojas en la piel y aumentan de tamaño los ganglios linfáticos. Aparte de los ganglios linfáticos, los síntomas desaparecen aunque la enfermedad continúa evolucionando. Luego sobreviene la fase crónica (a veces unos años más tarde) ligada a la debilidad del sistema inmunológico (fiebre constante, sudoración, pérdida de peso, infecciones cutáneas).