El uso excesivo de las nuevas tecnologías puede potenciar algunos problemas de salud: problemas musculares, malas posturas e, incluso, problemas psicológicos. Estos transtornos no existían hace apenas cinco años y actualmente se les está empezando a poner nombre. El wifi, el ordenador o el teléfono móvil son algunos los que tienen más impacto sobre nuestra salud.
Las nuevas tecnologías pueden provocar problemas de alergias, dolores de cabeza, cansancio o bajada en nuestro rendimiento intelectual en el trabajo. Para reducir este impacto debemos controlar nuestra dependencia, evitar malos hábitos y consultar con un especialista cuando sea necesario.
Cuando pasamos muchas horas al día delante del ordenador podemos sufrir dolores musculares y cefaleas. Se aconseja caminar de 20 a 30 minutos al día y no estar sentado más de 30 minutos sin hacer un descanso, aunque sea breve. Los que pasan muchas horas al día frente al ordenador tienen más problemas de sobrepeso. Para evitar las molestias musculares es importante mantener la cabeza erguida frente a la pantalla, formar un ángulo de 90 grados con nuestro cuerpo, colocar el teclado cerca de nuestras piernas y utilizar una silla con respaldo. Es aconsejable beber líquido de forma regular para mantener una correcta hidratación.
La gran proliferación de ondas en el ambiente debidas al uso de teléfonos móviles, el Bluetooth y los ordenadores provoca lo que se denomina hipersensibilidad electromagnética. La denominada "alergia al wifi" no se trataría de una alergia propiamente dicha sino más bien una intolerancia al wifi o a la emisión de radiaciones electromagnéticas. Este problema se puede manifestar con la aparición de síntomas como irritación de los ojos, mareos, cara enrojecida, picor, nauseas o cefaleas.
Las nuevas teconologías también provocan un impacto en nuestra psicología provocando ansiedad y estrés. Cada vez es más frecuente lo que se conoce como nomofobia o miedo a quedarse sin batería en el móvil. También cada vez es más frecuente la llamada "vibración fantasma" que es cuando pensamos que hemos recibido una llamada pero en realidad nuestro teléfono no ha vibrado.
El diario médico The Lancet ha descrito esta nueva patología que es una tendinitis del pulgar por un uso excesivo de esta aplicación del teléfono móvil.
Se trataría de un transtorno obsesivo-compulsivo de subir fotos de uno mismo a las redes sociales para compensar un problema de autoestima.
Este término proviene del inglés (Fear of Missing Out) e indicaría el miedo a quedar excluído de las redes sociales.