El papel de la alimentación durante la diabetes de tipo 2 es primordial. El control y la vigilancia de la alimentación son fundamentales para un diabético. En efecto, una alimentación equilibrada representa un verdadero tratamiento, al igual que la actividad física y los medicamentos, permite evitar modificaciones demasiado elevadas de la glucemia, pero también participar en la prevención de la aparición de las complicaciones de la diabetes.
Todas las frutas frescas sin excepción pueden ser consumidas por los diabéticos. Presentan numerosas ventajas, son poco calóricas, aportan agua, fibras, vitaminas, minerales y antioxidantes.
Un estudio efectuado por investigadores americanos, británicos y singapurenses, publicada en agosto de 2013 en la revista British Medical Journal, precisa que comer más frutas, en particular arándanos, manzanas, peras, uvas y plátanos causan una disminución del riesgo de desarrollar una diabetes de tipo 2.
Un diabético no debe privarse de comer frutas, incluso azucaradas como las uvas, las manzanas, las peras, los arándanos, los plátanos porque los componentes contenidos en las frutas participan en la protección contra la diabetes.
El plátano y la uva son todavía a veces son prohibidos para los diabéticos. Pero es posible consumirlos en pequeñas cantidades y de preferencia al final de las comidas.
Es aconsejado comer las frutas más azucaradas como cerezas o uvas al final de las comidas para evitar la acumulación de azúcar en la sangre.
Ciertas variedades de frutas como las fresas y los melones pueden aumentar el riesgo de diabetes.
El consumo regular de zumo de frutas, incluso 100 % puro zumo, y sin azúcar aumenta el riesgo de diabetes. La sustitución del zumo de frutas por frutas frescas, como naranjas, melocotones, albaricoques o ciruelas es aconsejada.
Algunos consejos te ayudarán a consumir mejor las frutas:
Recordemos algunas reglas generales:
Los azúcares que tienen un índice glucémico elevado como el azúcar completo, la mermelada, la miel, los dulces, el helado, las frutas confitadas, los dulces de fruta, la crema de castañas, las sodas, los jarabes, son desaconsejados salvo si son azucarados con un edulcorante. Por otra parte, las grasas animales (mantequilla, nata espesa, manteca, embutidos, carne grasa, queso yema de huevo), los alimentos muy salados (embutidos, aperitivos), frituras, salsas y bebidas alcohólicas representan riesgos para los diabéticos.