Los ganglios linfáticos son una estructura fundamental en la inmunidad de nuestro cuerpo. La preocupación aparece cuando aumentan de tamaño debido a alguna infección, en general, viral.
Los ganglios linfáticos son el "campo de batalla" entre nuestras defensas y los gérmenes. Cuando esta lucha tiene lugar, los ganglios se inflaman. Es muy habitual que los ganglios de los bebés puedan ser palpados, y sólo excepcionalmente ello significa que tienen una enfermedad maligna.
Son unas estructuras redondas que se localizan bajo la piel del cuello, las axilas, las ingles, etc...En el organismo hay ganglios de varios tipos y de funciones completamente diferentes (ganglios simpáticos, ganglios linfáticos y ganglios basales). En este caso vamos a referirnos a los llamados ganglios linfáticos, estructuras redondas de menos de 1 cm. y que todos los seres humanos poseemos en gran número. Los ganglios linfáticos se extienden por TODO el organismo (bajo la piel de la nuca, el cuello, axilas, ingles, corvas, etc. y también dentro del abdomen y el pecho) y se conectan entre sí como una red a través de vasos linfáticos por donde discurre una sustancia llamada linfa (blanquecina). El desagüe común de toda esta red acaba en la sangre.
La función principal del sistema linfático es defensiva. En este sentido, los ganglios linfáticos podrían ser comparados con estaciones o "campos" de lucha donde tienen lugar la batalla entre nuestras defensas y los gérmenes. A modo de ejemplo, si se produce una infección en nuestra garganta (resfriado), nuestras células defensivas transportan al agresor, a través de los vasos linfáticos, a la estación más cercana (ganglios linfáticos del cuello) donde tendrá lugar la destrucción del mismo. Esta lucha determina la inflamación (se hinchan y, a veces, duelen) de los ganglios, haciéndose palpables.
Al aumento en el tamaño de un ganglio linfático lo llamamos adenopatía. Cuando lo que aumenta es el tamaño de los ganglios del cuello hablamos de adenopatías cervicales; si son los ganglios de las axilas hablamos de adenopatías axilares, etc. La palabra adenopatía engloba cualquier causa, infecciosa o no. Cuando en la lucha que existe dentro de un ganglio linfático entre gérmenes y células defensivas "ganan" los primeros, la inflamación supone un incremento importante en el tamaño del ganglio. El ganglio puede (no siempre) ser doloroso y aparecer fiebre.
Es muy frecuente palpar ganglios inflamados en niños pequeños, sobre todo si van a la guardería donde están expuestos a multitud de gérmenes frente a los que deberán de defenderse. Otras veces uno o varios ganglios pueden quedar palpables durante mucho tiempo (a veces toda la vida) debido a que una infección previa ha dejado como secuela banal ese aumento de tamaño. Excepcionalmente el aumento en el tamaño de los ganglios puede significar una enfermedad maligna.
Casi nunca es necesario realizar ningún estudio en el caso de las adenopatías; sólo en casos particulares en los que las adenopatías sean grandes o muy numerosas se suele realizar alguna prueba complementaria.
Las adenopatías de origen benigno no precisan de tratamiento pues la mayoría desaparecen con el tiempo. Las adenitis (infección) necesitan, por el contrario, de tratamiento antibiótico por boca aunque en algunos casos es preciso el ingreso hospitalario para tratarlas por vía intravenosa e incluso, en algunos casos rebeldes, ser puncionadas con una aguja para analizarlas o ser extirpadas.
La presencia de algunos ganglios palpables en el cuello o en la ingle puede ser normal en la infancia y ello no significa que haya infección ni motivo alguno de preocupación siempre y cuando su tamaño no supere ciertos límites.
Cuando existe algún proceso infeccioso (de garganta, una herida infectada, una caries, etc), los ganglios más cercanos pueden aumentar de tamaño y hacerse palpables (si antes no lo eran). A estos ganglios aumentados se les llaman adenopatías.
Si el proceso infeccioso se traslada a uno o varios ganglios, alguno de éstos aumentan aún más de tamaño, se hacen dolorosos y aparece fiebre se dice que el ganglio se ha infectado (entonces se le llama adenitis) y precisará un tratamiento antibiótico.