La otitis es una inflamación más o menos dolorosa del oído. Aunque generalmente las ottis se acompañan de fiebre también existen las formas sin fiebre (generalmente las de origen viral). Esto puede ser complicado en los niños pequeños que no son capaces de explicar que tienen dolor de oído. En ausencia de fiebre otros síntomas pueden dar la alerta: cambios de humor, vómitos, diarrea o la aparición de secreción por el oído. Aunque la mayoría de las otitis son benignas es preferible consultar con el médico ante la duda. El pediatra prescribirá un tratamiento para calmar el dolor y prevenir las posibles complicaciones (como por ejemplo una pérdida de audición).