El preservativo es el método más sencillo de prevenir enfermedades de transmisión sexual. Esto es cierto siempre y cuando se utilice correctamente.
En un estudio reciente se demostró que al 31,3 % de los hombres se le ha roto el condón alguna vez durante las relaciones sexuales. Los condones vienen en varios tamaños y estilos. Están destinados a protegerte de las enfermedades de transmisión sexual y para ayudarte a prevenir un embarazo no planeado. Sin embargo, los condones no son a prueba de todo y en algunos casos pueden romperse.
Si el condón entra en contacto con un objeto afilado antes o durante el coito, aumentan un 2,6 las posibilidades de que se rompa.
Que no se expulse adecuadamente el aire del receptáculo antes de la penetración. Otro de los factores que puede doblar las posibilidades de que el profiláctico se rompa es que no se expulse adecuadamente el aire del receptáculo antes de la penetración.
La utilización de los dientes, tijeras o uñas para abrir el envase del condón también es una práctica que conlleva mayor riesgo.
Muchas marcas populares de condones vienen con una fecha de caducidad sugerida impresa en cada envoltorio individual. Un condón que no ha sido usado antes de dicha fecha tiene mayores posibilidades de romperse por la antigüedad, la sequedad u otras causas naturales. Si no estás seguro de la antigüedad del condón, deberías intentar encontrar otro que sea nuevo.
Es algo natural que cada hombre venga en un tamaño distinto. Es por eso que los fabricantes de condones los realizan en distintos tallas. No existe una tabla específica de tamaños pero muchos condones vienen en tamaño grande y extragrande. Si un hombre usa uno que sea muy chico o muy ajustado, hay mayores posibilidades de que se rompa durante el acto sexual. Si un condón se siente muy ajustado, deberías ir por lo seguro y probar con uno más grande.
Un condón solo será efectivo si se almacena correctamente. Si no los cuidas bien antes de usarlos, puede dañarse de muchas formas. Por ejemplo, un condón que se guarda en una billetera puede rasgarse, plegarse o doblarse, lo cual lo debilitará cuando finalmente sea usado. También se podría romper su envoltorio causando que se escape el fluido, dejando seco y frágil al condón. Condiciones como el calor o la luz solar directa pueden también dañar la integridad del condón y hacer que se rompa. Es mejor conservarlos en un lugar seguro, fresco en donde se evite el daño.
La forma en que usas el condón también puede ocasionar que se rompa durante el sexo. Si te lo pones de forma incorrecta, lo desenrollas más o lo estiras, podría romperse. Si usas el tipo de lubricante incorrecto, podría reaccionar con los materiales y debilitarlo. No usar lubricante también podría generar mucha fricción y romperlo. El uso brusco es otra causa común de rotura de condón. Es mejor si lo utilizas como está indicado y sigues las instrucciones de la caja.
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