Beneficios del durazno

El durazno, también conocido como melocotón es el fruto del duraznero o melocotonero, un árbol originario de China, Afganistán e Irán. Aunque actualmente se cultivan melocotoneros en todo el mundo.

Qué es el durazno

El durazno es una fruta esférica de color naranja o amarillo oscuro de olor y sabor agradables, pero que encierra una almendra muy amarga.

Para qué sirve el durazno o melocotón

Los duraznos son muy apreciados por su gran valor nutritivo y terapéutico. El durazno es rico en vitaminas y minerales, además de antioxidantes, lo que le convierte en una de las frutas más saludables, ya que previene enfermedades relacionadas con la obesidad como la diabetes, el síndrome metabólico y la enfermedad cardiovascular.

El durazno contiene provitamina A, vitamina C, B1, B2 y B6 y minerales como el potasio, fósforo, calcio, magnesio, azufre, cloro, hierro, cobre y manganeso.

Cuáles son las propiedades medicinales del durazno

El durazno es un buen aliado del corazón gracias a su alto contenido en fibra, vitamina C y potasio. Para prevenir problemas cardiovasculares, degenerativos y reducir el colesterol, se aconseja aumentar la ingesta de alimentos ricos en potasio y reducir el consumo de alimentos que contengan sodio. El durazno ayuda a reducir el colesterol alto.

El selenio, ademas de proteger el corazón, ayuda a eliminar los metales pesados del organismo.

El contenido de betacarotenos en los duraznos, que son transformados en vitamina A en el organismo, juegan un rol importante en la salud de los ojos, previniendo las enfermedades de la vista.

Esta fruta favorece el tránsito intestinal y es eficaz contra el estreñimiento. Asimismo, se aconseja tomar durazno en caso de padecer anemia o gota.

Los duraznos contienen altos niveles de luteína, un caroteno que revierte el daño producido por el estrés y reduce el daño en la vista producido por la edad.

El consumo de duraznos aumenta la testosterona, una hormona reproductiva masculina que favorece el crecimiento óseo y evita el enanismo.

El potasio, un mineral presente en el durazno, actúa sobre la función cardíaca y los tejidos musculares, previene la fatiga muscular y alienta el buen funcionamiento del sistema nervioso central.

Los duraznos también contienen ácido ascórbico y zinc, dos elementos fundamentales para las defensas y el sistema inmune y que ayudan a la generación de los tejidos heridos y a combatir las infecciones.

Cómo ayuda el durazno a combatir el cáncer

La pulpa y la cáscara de los duraznos son ricos en beta-caroteno y vitamina C, dos antioxidantes que ayudan a prevenir la aparición del cáncer al combatir la formación de radicales libres. Y no solo eso, se ha comprobado científicamente la eficacia del extracto de melocotón para aniquilar los tipos más agresivos de células de cáncer de mama sin dañar las células sanas normales. El selenio presente en el durazno protege del cáncer de colon, próstata o pulmón.

Durazno, una fruta recomendada para diabéticos

El durazno ayuda a mantener un nivel correcto de glucosa en la sangre, por eso es muy beneficioso —junto a una dieta rica en fibras— para las personas que padecen diabetes tipo 1.

También las personas con diabetes tipo 2 que comen duraznos tienen un mejor nivel de azúcar e insulina en la sangre.

Beneficios del durazno en el embarazo

El durazno mejora la digestión gracias a su alto contenido en fibra.

También aporta a las embarazadas grandes cantidades de magnesio, hierro y zinc, además de muchas vitaminas que se encuentran presentes en la piel. Por ello se debe comer siempre duraznos frescos y con piel para recibir estas vitaminas.

Los duraznos son ricos en calcio, especialmente los deshidratados, de modo que pueden prevenir el deterioro del sistema óseo, lo cual es muy importante durante el embarazo.

Además, esta fruta actúa como un laxante suave y natural. Por eso se recomienda que las mujeres embarazadas lo incorporen a su alimentación diaria.

Beneficios del durazno para la piel

Dichos antioxidantes también mejoran la textura general de la piel, reducen las arrugas y reparan el daño causado por el sol o la contaminación. Además, la vitamina C contribuye a la formación de colágeno, una proteína que estructura y da soporte a la piel para que permanezca tersa.

Por qué es bueno para la salud comer duraznos

Comer duraznos durante la infancia y la adolescencia es la mejor manera de potenciar el crecimiento óseo (gracias a su alto contenido en fósforo y calcio).

Esta fruta también contribuye a la formación de tejidos y al correcto funcionamiento del sistema nervioso gracias a su alto contenido en ácidos (nicotínico, pantoténico, málico y cítrico).

El durazno es una fruta muy interesante para los deportistas o las personas que necesitan energía para estudiar, así como para los ancianos por su alto valor nutricional.

Cómo adelgazar con el melocotón (durazno)

Respecto al cuidado del peso, los duraznos contienen componentes bioactivos que ayudan a combatir la obesidad al evitar desórdenes del metabolismo.

Además, el durazno contiene calorías negativas, mucha fibra y un bajo aporte de calorías. Esto quiere decir que al comer esta fruta con piel se queman más calorías de las que se consumen.

Del mismo modo, por su alto contenido de fibra, es un alimento que quita el hambre porque permanece más tiempo en el estómago que otros alimentos.

El durazno contienen antioxidantes que degradan los tejidos adiposos, lo que permite que los ácidos grasos se desprendan de estos tejidos para ser convertidos en energía.

Asimismo, los minerales (potasio, fósforo, magnesio, zinc y selenio) presentes en el durazno mantienen el equilibrio hídrico del organismo y contrarrestan el efecto nocivo del sodio, un mineral responsable de la retención de líquidos. El durazno ayuda a eliminar líquidos sobrantes del organismo y por ello se ha convertido en un alimento imprescindible en cualquier dieta de adelgazamiento.

Para aprovechar los beneficios del durazno para adelgazar se recomienda comer el durazno fresco y con piel, licuado o en zumos (jugos) naturales sin azúcar.

El durazno en almíbar

Es importante saber que no es lo mismo comer un durazno fresco que comer un durazno enlatado bañado en almíbar con alto contenido en azúcar y que ha perdido muchas de las vitaminas de la fruta.

El durazno se puede consumir fresco, en almíbar, en conserva o deshidratado (denominado orejones). También se puede preparar en forma de dulce de melocotón.

Existen importantes diferencias nutricionales entre una fruta fresca y su versión en almíbar.

Esta última opción nos permite consumir fruta fuera de la temporada de producción. La cantidad de hidratos se incrementa levemente en la fruta en almíbar, sin duda a expensas de más azúcares, y esto conlleva un leve aumento de las calorías que aporta. Además, el aporte de fibra es mínimo ya que con la cocción la porción indigerible del melocotón desaparece.

Tanto las vitaminas como el potasio y otros minerales disminuyen en el caso de la fruta en almíbar, a excepción del sodio, que se incrementa por el adicionado de conservantes.

Todo esto indica que si bien las diferencias entre el melocotón fresco y en almíbar no son muchas en cuanto a macronutrientes y calorías, el melocotón pierde nutrientes al cocerlo para obtener el producto en almíbar.

Por este motivo, siempre que sea posible, la fruta debe consumirse fresca para aprovechar mejor sus propiedades.

No obstante, la fruta en almíbar puede ser válida cuando se busca una manera diferente de consumir fruta o cuando la fruta está fuera de su temporada de producción.

Foto: © Tim UR – Shutterstock.com

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