El tifus es una enfermedad infecciosa causada por unas bacterias llamadas rickettsias. Estas bacterias son transportadas por los roedores, tales como ratones y ratas, y se transmiten a los seres humanos a través de los ácaros, los piojos o las pulgas. Esta transmisión se produce principalmente en ambientes insalubres donde la higiene no es la correcta. Hay varios tipos de tifus. Entre ellos, encontramos el tifus del piojo, el tifus exantemático o tifus europeo, debido a la bacteria Rickettsia prowazeki transmitida por los piojos. El tifus murino o tifus tropical, principalmente en los países tropicales, es transmitido por las pulgas y se debe a la bacteria Rickettsia mooseri. Los síntomas son parecidos en un caso de un tifus u otro.
Los síntomas de tifus se presentan después de un período de incubación de dos semanas y son los siguientes:
En cuanto al tifus murino, el período de incubación suele ser menor. Tiene una duración de menos de una semana y los síntomas antes mencionados están presentes en la mayoría de los casos, pero mucho menos intensos.
Cabe señalar que en el tifus exantemático son posibles nuevos brotes de los síntomas: hablamos entonces de tifus resurgente.
Para hacer el diagnóstico de tifus se realizan determinaciones serológicas después de tomar muestras de sangre. Se puede demostrar la presencia en la sangre de moléculas específicas contra las bacterias Rickettsia.
El tratamiento básico del tifus se basa en el antibiótico que pertenece al grupo de tetraciclinas. En los casos más graves, se asocian con corticosteroides.
La prevención del tifus pasa a través de la lucha contra los piojos y las pulgas, respetando las normas de higiene y limpieza.