El diabolo, cuyo nombre médico es aireador transtimpánico (ATT), es un sistema de drenaje utilizado con frecuencia en los niños, y rara vez en los adultos, en casos de afectación del oído medio, especialmente a nivel del tímpano. Es una especie de pequeño tubo de plástico hueco que se coloca a través de la membrana del tímpano y que permite la comunicación entre el oído medio y el canal auditivo externo. Se utiliza especialmente en caso de otitis de repetición, que podrían llegar a provocar secuelas auditivas. También se puede utilizar esta técnica como parte del tratamiento de las otitis resistentes al tratamiento con antibióticos. El diabolo también puede colocarse en casos de otitis crónica, como la otitis seromucosa, que corresponde a la presencia de un líquido a nivel del oído medio de forma crónica. El interés del diabolo, pues, es prevenir las complicaciones permitiendo la evacuación del líquido que se acumula a nivel del oído medio en presencia de un tímpano cerrado y sellado.
La colocación de un diabolo se realiza bajo anestesia, ya que requiere una insición en el tímpano: la operación se llama paracentesis. Es necesario que el diabolo permanezca colocado entre 6 y 12 meses. Después de su extracción puede suceder que la perforación del tímpano no se cierre de manera natural y en este caso, la cirugía es inevitable.
Cuando está colocado un diabolo es necesario el cumplimiento de ciertas normas, que son:
Sin embargo, el uso de un diabolo no impide pasar por túneles, viajar en avión o en tren.
Puede suceder que el diabolo se expulse de forma natural, un fenómeno muy frecuente. Basta con pedirle al médico que coloque un nuevo tubo de ventilación. Si el diabolo se obstruye debido a un exceso de cera en los oídos pierde su eficacia. El médico lo retira en estos casos sólo si la otitis serosa está curada. En la ausencia de curación, el especialista debe colocar un nuevo diabolo, lo que implica una nueva anestesia general.