Toda relación sexual sin una protección adecuada puede provocar un embarazo no deseado. Aunque se tengan relaciones durante la regla, hay que ser conscientes de que existe un cierto riesgo.
El diagnóstico del embarazo puede realizarse de dos formas: a través de una muestra de sangre o de orina para buscar la hormona del embarazo o hCG (beta-hCG). La segunda forma de confirmar un embarazo es por medio de una ecografía del útero.
Ningún otro método distinto a estos dos lo podemos considerar como fiable. Ningún examen casero es seguro para diagnosticar un embarazo: el test de hervir la orina, el test de cloro, de agua sanitaria, de aguja, etc.
A la hCG se la llama también la hormona del embarazo. Es una hormona que empieza a producirse tan pronto como el embrión se implanta en el útero. A medida que avanza el embarazo aumentan sus niveles de producción. Se puede detectar en la sangre o en la orina, ya que parte de la hormona es filtrada por los riñones y excretada en la orina. Sin embargo, la prueba de sangre es más fiable. La beta-hCG es una fracción de la molécula hCG que también puede ser usada para el análisis. Tanto la hCG como la beta-hCG pueden usarse para el diagnóstico del embarazo.
En la mayoría de los laboratorios la hCG es considerada negativa cuando su valor es menor que 5 mlU/ml. Cuando el resultado se encuentra entre 5 y 25 mlU/ml el resultado no es concluyente y hay dos posibilidades: o bien se trata de un falso positivo o bien se trata de un embarazo demasiado reciente. En estos casos, se recomienda repetir la prueba de embarazo al cabo de una semana para tener certeza (si hay un embarazo, los valores se triplican o cuadruplican en este corto intervalo). Los valores por encima de 25 mlU/ml son positivos e indican embarazo en curso.
La respuesta es no. Los síntomas típicos del embarazo (atraso menstrual, náuseas, pechos hinchados, aumento del volumen abdominal, deseos de comer determinados alimentos, etc.) son muy poco específicos y muchas mujeres que no están embarazadas pueden presentarlos. Es por esto que no se puede descartar ni confirmar un embarazo apenas basándose en los síntomas.
Se necesita que pasen unos días: inmediatamente no lo podemos saber. La hCG empieza a ser producida cuando el embrión se implanta en el útero.
Como el óvulo es fecundado en las trompas necesita viajar hasta el útero para que se establezca el embarazo. Este "viaje" dura aproximadamente 7 días. Incluso después de la implantación es necesario esperar unos días más para que la cantidad de hCG producida sea suficiente para ser detectada en la sangre o en la orina.
Por lo tanto aunque estés ansiosa por no haber utilizado un método anticonceptivo o porque deseas tener un hijo no sirve de nada realizar pruebas precipitadas ya que es necesario dar tiempo para que arrojen resultados.
No, no siempre. Los espermatozoides pueden quedar vivos en el aparato reproductor femenino hasta 7 días esperando al óvulo. Esto significa que la fecundación puede ocurrir solamente una semana después del acto sexual. En estos casos la implantación en el útero sólo ocurre 14 días después de la relación sexual.
No, el útero empieza a sufrir cambios detectables solo a partir de la 4.ª semana de gestación.
Es importante tener paciencia y no realizar la prueba de embarazo antes de tiempo ya que su resultado no será fiable. La primera señal de un embarazo suele ser un retraso en la menstruación. Hoy en día disponemos en el mercado de pruebas que pueden ser positivas con solo un día de retraso en la menstruación. También hay que tener en cuenta que los valores de la hormona del embarazo suelen duplicarse cada dos días: después de una semana con certeza estarán muy elevados.
Es por esta razón que pueden darse falsos negativos cuando estas pruebas se hacen demasiado pronto. Esto es sobretodo importante a la hora de interpretar una prueba de orina de farmacia, ya que es menos sensible que la prueba en sangre que se hace en un laboratorio de análisis clínicos. Así siempre que la primera prueba de embarazo haya sido negativa es recomendable esperar como mínimo una semana antes de repetirla.
También por esta razón no es recomendable hacerse una prueba de embarazo antes de tener un retraso en la menstruación superior a una semana: en estos casos el riesgo de un falso negativo es alto. Cuando la mujer tiene ciclos menstruales normales la menstruación llega 14 días después de la ovulación; el óvulo fecundado en las trompas de Falopio tarda unos 7 días en llegar al útero. Por esta razón si la prueba de embarazo se hace antes de la fecha en que debe aparecer la menstruación, la implantación del embrión en el endometrio del útero puede ser demasiado reciente y es posible que la cantidad de hormona del embarazo o hCG sea aún escasa y no se pueda detectar.
A través de una ecografía transvaginal somos capaces de detectar un embrión a partir de la 4.ª – 5.ª semana de embarazo. Se puede diagnosticar un embarazo con apenas una o dos semanas de retraso en la menstruación.
Cuando una mujer ha tomado la pastilla del día siguiente suele menstruar una semana después aunque en ciertos casos puede tardar más días en llegar.
Como norma lo más recomendable es hacer una prueba de embarazo si no ha llegado la menstruación al cabo de tres semanas de haber tomado la pastilla del día siguiente.
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