El verano es un período propicio para una vida sexual más activa.
A continuación un panorama sobre las causas de este aumento de la líbido y los trucos para sacar provecho de eso sin riesgo.
El aumento del deseo y del ritmo de la vida sexual es debido a varios factores.
El verano es una temporada donde la luminosidad es más fuerte que en invierno. Una exposición a una luminosidad intensa estimula la producción de serotonina al nivel de la glándula pineal, situada en el cerebro.
La serotonina regula el humor, provoca una sensación de bienestar e influye la líbido.
La disminución del estrés durante las vacaciones de verano forma parte de factores que tienen un efecto positivo sobre el deseo sexual. Las vacaciones también son la ocasión de conceder más tiempo a la pareja y de romper la rutina.
El calor provoca una mayor secreción de sudor. Éste contiene feromonas, que aumentan la atracción física y suscitan más las aproximaciones.
Una vida sexual más activa en verano no debe ser sinónimo de imprudencia. Durante las vacaciones, los riesgos de embarazo no deseado o de contracción de una infección sexualmente transmisible (ITS) aumentan:
Para disfrutar de la sexualidad durante el verano, es recomendado escoger un método de contracepción adaptado. Por ejemplo, para las mujeres que tienen miedo olvidar la píldora a causa de un viaje o a causa de una diferencia horaria, el parche puede ser una buena alternativa, además del preservativo masculino o femenino.
Antes de ir de vacaciones, es preferible consultar a un médico para todo cambio de método contraceptivo.
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