En Francia, la edad promedio de la primera relación sexual es de 17,6 años para las chicas y 17,4 años para los chicos. Pero la mejor edad es en la que las dos personas se sientan preparadas para descubrir la intimidad de la otra persona.
El mejor modo de prepararse para el acto, son los preliminares (besos, caricias). Permiten a ambos cuerpos estar listos físicamente para la penetración. Cuando el pene está en erección y la vagina, lubricada, la relación sexual puede comenzar.
Por movimientos hacia dentro y hacia fuera, la excitación da lugar poco a poco a una sensación más intensa todavía, la del placer y luego la del orgasmo. Para los hombres, se traduce por la eyaculación del esperma; para las mujeres, por la secreción de ciprina.
Es muy raro que una mujer experimente un orgasmo desde su primera vez, principalmente porque todavía no conoce las zonas erógenas de su cuerpo y porque puede estar estresada, nerviosa y tensa.
La primera vez es una etapa importante que mezcla temor, curiosidad y deseo y que provoca nuevas actitudes. Además de la utilización del preservativo, la joven mujer deberá previamente acudir a un ginecólogo que le prescribirá un método anticonceptivo adaptado a la primera vez.
Existen actualmente varios tipos de métodos anticonceptivos, la píldora anticonceptiva, el DIU, el parche, el implante, los espermicidas, etc.
Los hombres y las mujeres experimentan de distinta forma el primer acto sexual. Las mujeres deben en efecto hacer frente a la rotura de su himen, membrana que cubre parcialmente el orificio vulvar de la vagina. La penetración causa el desgarro de éste, lo que puede provocar a veces un ligero dolor y algunas hemorragias.
Nota: también puede suceder que no haya ninguna hemorragia ni dolor, principalmente en las mujeres que practican un deporte de manera regular. De hecho, el baile y la equitación por ejemplo, aflojan el himen.