Fenómeno fisiológico normal, el hipo puede en ciertos casos volverse crónico y manifestar la presencia de una patología benigna o más seria.
A continuación una explicación sobre las diferencias entre el hipo benigno, agudo y crónico y sobre los medios de aliviar o tratar las formas invalidantes.
El hipo es un fenómeno fisiológico provocado por la contracción brusca y coordinada de los diferentes músculos inspiratorios, como el diafragma, el músculo intercostal externo y los músculos escalenos. Esta contracción incontrolable e involuntaria es seguida por el bloqueo, muy breve, de las vías aéreas superiores. El hipo es una actividad fisiológica normal a toda edad y se vuelve "patológico" solo cuando los síntomas corresponden a la descripción del hipo crónico.
El hipo benigno, la forma más común, corresponde a contracciones fisiológicas breves, aisladas, involuntarias y cotidianas, que pasan a menudo inadvertidas.
Un episodio de hipo benigno dura entre algunos segundos y algunos minutos. Este fenómeno fisiológico es normal y no es objeto de un tratamiento terapéutico.
El hipo benigno frecuentemente es debido al modo de vida y a las costumbres alimentarias, como una comida demasiado copiosa o comida consumida rápidamente, una absorción excesiva de bebidas con gas o de alcohol puede ocasionar un episodio de hipo aislado y pasajero.
Entre otras causas frecuentes conocidas están un cambio brusco de temperatura (cambio de entorno caliente a frío), el tabaquismo, la tos y el estrés.
El hipo agudo se caracteriza por contracciones repetitivas, durante una duración de al menos 48 horas, que pueden ser ruidosas y relativamente molestas para el paciente y las personas de su entorno. El hipo agudo tiende a desaparecer espontáneamente.
Como el hipo benigno, el hipo tiene más frecuentemente causas alimentarias. Puede también ser debido a una oclusión o a un efecto adverso de un medicamento.
El hipo simple se trata eliminando la mayoría de las veces la causa del síntoma, restableciendo una higiene alimentaria adaptada.
Otras medidas simples pueden ayudar a reabsorber los síntomas: así como retener su respiración (apnea breve) o inclinar la cabeza para atrás.
Si el hipo agudo es particularmente molesto puede, en ciertos casos, ser aliviado por la maniobra de Salem. Sin embargo, esta es realizada raramente, porque necesita una intervención médica. Se basa en la aplicación temporal de una sonda nasal en la pared posterior de la faringe.
El hipo crónico corresponde a contracciones de los músculos repetitivas que se prolongan durante más de 48 horas. Este tipo de hipo es llamado rebelde o refractario si tiene una duración superior a algunos días y no desaparece espontáneamente.
Puede ser particularmente invalidante y a menudo justifica un tratamiento terapéutico que pretende identificar la causa.
El hipo crónico puede ser el síntoma de una enfermedad más o menos seria o de una complicación patológica.
Un hipo crónico o rebelde es causado más frecuentemente por una anomalía esofágica, que puede, en ciertos casos, ser objeto de tratamientos, como una hernia hiatal o una esofagitis.
Puede también ser debido a numerosas patologías, benignas o más serias, como ciertas enfermedades patológicas abdominales o gástricas, reflujo gastroesofágico, enfermedades hepáticas o del diafragma, parasitosis, cánceres (de riñón, de páncreas).
Un hipo refractario puede también ser causado por diferentes afecciones pulmonares y cervicales (bocio, linfomas) y neurológicos (tumor, hipertensión craneana, traumatismo, meningitis).
La endoscopia digestiva alta es el examen de primera intención que pretende establecer la causa de un hipo crónico. Permite explorar el esófago en búsqueda de eventuales anomalías.
La pH-metría de 24 horas, complementaria de la endoscopia, puede ser prescrita con el fin de determinar la cantidad del reflujo ácido eventualmente asociado con el hipo. Otro examen, llamado manometría esofágica, permite evaluar las presiones a lo largo del esófago, en busca de una disquinesia esofágica (defecto de relajación del esfínter inferior del esófago). Varios exámenes complementarios pueden ser realizados con el fin de precisar el diagnóstico.
El tratamiento del hipo crónico pretende tratar la causa del síntoma.
Diferentes tipos de medicamentos pueden ser prescritos según la causa identificada: como los inhibidores de la bomba de protones (para tratar el reflujo gastroesofágico), antihistamínicos H2, ciertos relajantes musculares, ciertos antieméticos y en ciertos casos, más raros, antidepresivos tricíclicos, los antiepilépticos y neurolépticos.
Un tratamiento quirúrgico puede ser propuesto si una anomalía esofágica ocasiona una molestia mayor.
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