Ciflox es un antibiótico que pertenece a la clase de las fluoroquinolonas. Es utilizado para tratar infecciones de origen bacteriano. Ciflox se presenta bajo la forma de una solución clara y se administra por perfusión intravenosa o por vía oral.
Ciflox es indicado en los adultos afectados por infecciones respiratorias (particularmente neumonías), urinarias, genitales, intra-abdominales, gastrointestinales (particularmente diarrea del viajero), infecciones cutáneas provocadas por bacterias Gram negativas, ciertas otitis y sinusitis crónicas. Ciflox es indicado para tratar las infecciones que afectan los huesos y las articulaciones (infecciones osteoarticulares), enfermedad del carbón. En el niño, es a menudo administrado para tratar infecciones de los bronquios o de los pulmones asociados a la fibrosis quística.
Ciflox es contraindicado en las personas hipersensibles a su sustancia activa (el ciprofloxacino), a otros de sus componentes o a las quinolonas. Ciflox no debe ser administrado en asociación con tizanidina.
Los efectos secundarios más frecuentes de Ciflox son problemas gastrointestinales (diarreas, náuseas y vómitos), reacciones cutáneas (erupción, picores, urticaria), una alergia o un hematoma en el sitio de la inyección.
Más raramente, Ciflox puede provocar eosinofilia (enfermedad de la sangre), anorexia, dolores de cabeza, vértigos, insomnio, dolores torácicos, disfunción renal, dolores musculares y roturas raras del tendón de Aquiles al hacer esfuerzos físicos, lo que contraindica la práctica del deporte durante el tratamiento.
Ciflox no debe ser administrado si la solución es turbia. Para una solución de 400 mg/200 ml, la perfusión dura cerca de una hora. Mientras más lenta es la perfusión, menores son los riesgos de reacción al nivel de la zona de inyección. La solución puede ser administrada sola o a veces combinada con otra solución antes de la inyección.