Una uveítis es la hinchazón e irritación de la úvea, la capa media del ojo que suministra la mayor parte del flujo sanguíneo a la retina. En muchos casos las causas son desconocidas.
Es la forma más frecuente e implica inflamación de la parte frontal del ojo. A menudo se denomina iritis debido a que generalmente sólo afecta el iris, la parte coloreada del ojo. La inflamación puede estar asociada con enfermedades autoinmunitarias, pero la mayoría de los casos se presenta en personas sanas. Puede afectar únicamente a un ojo y es más común en las personas jóvenes y de mediana edad.
La uveítis posterior afecta la parte posterior de la úvea y compromete principalmente a la coroides, una capa de vasos sanguíneos y tejido conectivo en la parte media del ojo. Este tipo de uveítis se denomina "coroiditis" y si la retina también está comprometida, entonces se llama coriorretinitis. Uno puede presentar esta afección si ha tenido una infección generalizada ( sistémica) o si padece una enfermedad autoinmunitaria.
Es una inflamación que afecta al área estrecha (pars plana) entre la parte coloreada del ojo (iris) y la coroides. Se presenta con frecuencia en hombres jóvenes y generalmente no está asociada con ninguna otra enfermedad. Sin embargo, alguna evidencia sugiere que puede estar ligada a la enfermedad de Crohn y posiblemente a la esclerosis múltiple.
La uveítis puede afectar uno o ambos ojos. Los síntomas se pueden desarrollar rápidamente y puede aparecer:
Se debe realizar una historia médica completa y un examen ocular. Se pueden hacer análisis de sangre para descartar una infección o un trastorno autoinmunitario. Las personas de más de 25 años con pars planitis deben hacerse una resonancia magnética nuclear (RMN) del cerebro y de la columna vertebral para descartar esclerosis múltiple.
La pars planitis a menudo se trata con gotas oftálmicas que contengan esteroides: también se pueden recetar otros medicamentos, incluyendo esteroides orales, para ayudar a inhibir el sistema inmunitario. El tratamiento de la uveítis posterior depende de la causa subyacente, pero casi siempre incluye esteroides por vía oral. Si la uveítis es causada por una infección generalizada, el tratamiento puede consistir en antibióticos y antinflamatorios potentes llamados corticosteroides.
Con el tratamiento apropiado, la mayoría de los ataques de uveítis anterior desaparecen en unos pocos días a semanas, pero es común que se presenten recaídas. La inflamación relacionada con la uveítis posterior puede durar de meses a años y puede causar daño permanente de la visión, incluso con tratamiento.