Cómo saber si tu bebé de seis meses se está desarrollando correctamente. Qué alimentos le convienen y cuáles son los remedios más eficaces contra la tos y el estreñimiento.
El bebé de seis meses ya es capaz de realizar algunos movimientos con soltura. Por ejemplo, gira la cabeza con total facilidad para buscar a una persona o un objeto y tiene más fuerza en las manos que en las etapas anteriores.
A esta edad ya rota sobre sí mismo y sostiene muy bien la cabeza. Se sienta con soporte o se sostiene con sus manos cuando se le deja sentado. Además, el bebé ya puede incorporarse al apoyarse en las manos si está boca abajo. Si está boca arriba, consigue llevarse a la boca el pie.
Asimismo, un bebé de seis meses sostiene parte de su peso sobre las extremidades inferiores, puede cambiar un objeto de una mano a otra y levanta la mano para ir por los objetos. También estira los brazos para pedir que su mamá le abrace.
A partir de los seis meses de edad salen los primeros dientes de leche, generalmente los incisivos. Puede que esto cause molestias y dolor al bebé. Por esta razón, babea más y se lleva a la boca todo lo que esté a su alcance.
La visión del bebé es igual que la de un adulto.
Seguramente te haya sorprendido la primera vez que tu bebé de seis meses respondió con gorjeos cuándo hablabas con él. Es completamente natural porque el bebé empieza a comprender que tiene vida propia y hace ruiditos y balbuceos que no tienen mucho sentido.
En esta etapa es necesario estimular al bebé para que gatee puesto que es importante para su desarrollo psicomotor. En cambio, se aconseja evitar poner al bebé en el andador mientras no gatee.
El bebé de seis meses es capaz de mantenerse sentado con apoyo y debe poder sentarse sin ayuda. También es conveniente realizar ejercicios de estimulación, por ejemplo, jugar con él delante de un espejo para que comience a reconocer su propia imagen, así como dar y tomar juguetes o que vea cómo te pasas objetos de una mano a otra. A tu bebé seguramente le encanta rodar en todos los sentidos, golpear objetos, masticarlos, saludarlos y arrojarlos contra el suelo.
A los seis meses un bebé reconoce las caras familiares, reacciona a las cosquillas suaves e imita los sonidos.
No obstante, si el bebé no se sienta puede deberse a que su entorno y sus rutinas no son lo suficientemente ricas. El bebé debe tener una vida social intensa y serena con los familiares de referencia (madres, padres, abuelos o hermanos) en la que se le tome en brazos y se le voltee en el aire.
También debes dejar que experimente, tanto por la mañana como por la tarde, sobre el suelo con juguetes que le gusten y le llamen la atención para que tenga la oportunidad de ir conociendo sus posibilidades y llevarlas al límite.
Por último, se aconseja observar su comportamiento. Si es un bebé inquieto e interesado por lo que le rodea, seguramente será capaz de sentarse solo rápidamente.
A partir de los seis meses, el bebé empieza a comer papillas y puede sostener un biberón para alimentarse. Los alimentos deben introducirse poco a poco, dejando un intervalo de entre tres y cuatro días entre alimentos nuevos para poder detectar posibles reacciones alérgicas. Los cereales son de los primeros alimentos que se le da a un bebé. Puede tomarlos con leche o en forma de papilla. Es preferible introducir primero cereales sin gluten y posteriormente con gluten.
En cuanto a la fruta, las primeras son la manzana, el plátano y la pera.
Si tu pediatra está de acuerdo debes cambiar el tipo de leche por leche de continuación o fórmula de mantenimiento y combinarla, inicialmente, con cereales sin gluten (maíz, arroz o tapioca), además de continuar dándole papillas y zumos de frutas y verduras. Se puede iniciar al bebé en las leguminosas (judías, lentejas, garbanzos y alubias), la carne de pollo y de ternera, la sopa de pasta, las tortillas, el pan, la yema de huevo cocida y el jamón de pavo.
El primer objetivo consiste en incorporar poco a poco alimentos nuevos, texturas y sabores diferentes a su dieta para que disfrute y aprenda con la comida.
No hay que obligar a un bebé a comer algo que no quiera y convertir el momento de la comida en una pesadilla para el pequeño. Lo ideal es preparar la verdura con el pollo y darle lo que quiera. Si cierra la boca o gira la cara es mejor no insistir.
Asimismo, los pediatras aconsejan darle a probar el mismo alimento entre diez y quince veces para saber si realmente le gusta o lo rechaza.
La mayoría de los bebés de seis meses duermen catorce horas diarias en total (sueño nocturno y siestas) y son capaces de dormir durante largos periodos de tiempo. De hecho, cuando tienen entre seis y nueve meses, muchos bebés organizan su sueño diurno en varias siestas, una por la mañana y dos por la tarde.
Sin embargo, no te preocupes si tu bebé duerme más de tres siestas por día y recuerda que es necesario acostarlo y ponerlo a dormir la siesta a la misma hora cada día para ayudarlo a regular sus patrones de sueño.
Para ayudar al bebé a dormir bien a esta edad es importante establecer y seguir una rutina para irse a dormir que puede consistir, por ejemplo, en darle un baño, leerle un cuento o cantar una canción de cuna. Es aconsejable hacerlo en el mismo orden y a la misma hora todas las noches porque un bebé necesita una rutina y horarios consistentes.
Por ultimo, trata de animar a tu hijo a dormirse solo. Si llora, espera, al menos, unos minutos para ver si está realmente molesto o solamente se queja un poquito antes de quedarse dormido. Si al bebé le cuesta relajarse, prueba acostarlo media hora antes. Quizás está demasiado cansado y es posible que al acostarse más temprano se duerma mejor.
La perilla de succión y las gotas de solución salina son dos remedios contra la tos muy utilizados en bebés y niños.
Las gotas de solución salina (agua salada) ablandan la mucosidad y limpiar la nariz de los niños que son demasiado pequeños para sonarse la nariz solos. Utilízala durante unos quince minutos antes de alimentar a tu bebé. Recuerda que este remedio funciona mejor con los bebés más pequeños pero si a tu bebé o a tu niño no le molesta este procedimiento, hazlo.
No aspires la nariz del bebé varias veces al día porque podrías irritar sus membranas nasales. Nunca uses la solución salina durante más de cuatro días seguidos porque resecarás sus fosas nasales y eso podría empeorar aún más su congestión nasal.
Procura que tu bebé beba más líquido del habitual porque descongestiona la nariz y evita la deshidratación.
Asimismo, humidifica la habitación del bebé con un humidificador, ya que mientras que el aire seco y caliente de la calefacción es contraproducente para las mucosas, la humedad las protege.
Un bebé de seis meses llora porque tiene el pañal sucio, sueño o problemas de estómago como gases o cólicos.
También llora cuando quiere que lo tomes en brazos porque tiene calor o frío o le molesta las etiquetas de la ropa o una prenda le raspa la piel. Por eso, se aconseja cortar las etiquetas de la ropa o ponerle prendas suaves.
En ocasiones llora porque le están saliendo los dientes y le duele o porque quiere más o menos estimulación o no se siente bien, de modo que si acabas de alimentar a tu bebé y sabes que está cómodo pero todavía sigue llorando, quizás esté enfermo. Si sospechas que tu hijo no se encuentra bien, tómale la temperatura para ver si tiene fiebre y observa si presenta algún otro signo de enfermedad. El llanto de un bebé enfermo suele ser distinto del llanto de un bebé que tiene hambre o está frustrado. Si el llanto de tu bebé parece indicar que algo va mal, confía en tu instinto y llama al doctor.
Una vez que el bebé empieza a tomar alimentos de transición o sólidos, el aspecto de las deposiciones, su frecuencia y consistencia dependerán del tipo de alimentación recibida.
El bebé evacuará una vez cada dos días o entre una y varias veces al día. Mientras que las deposiciones del niño sean blandas y no tenga molestias, no se considera estreñimiento. A partir de los seis meses de edad, las deposiciones adquieren la textura y el olor normal.
Sin embargo, cuando el bebé empieza a tomar otros alimentos puede sufrir estreñimiento ligero porque el intestino necesita acostumbrarse a la nueva composición de los nutrientes. Con el tiempo, a medida que su dieta incluya una mayor proporción de alimentos sólidos, el estreñimiento puede deberse a falta de hidratación, es decir, el bebé no toma la cantidad suficiente de agua.
Si tu bebé sufre estreñimiento prueba a darle masajes circulares en la zona del vientre y mueve sus piernas como si estuviese pedaleando en una bicicleta, dale un baño con agua templada o aplica una toalla empapada en agua templada sobre su vientre.
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