Los exámenes radiológicos permiten observar las articulaciones sacroilíacas y las articulaciones de la columna vertebral. Estas imágenes son un elemento importante para confirmar el diagnóstico de la espondilitis anquilosante.
Las afecciones articulares son detectadas a través de exámenes radiológicos mucho después de la aparición del dolor.
Los exámenes imagenológicos prescritos de forma sistemática son las radiografías de la columna vertebral y de la región sacroilíaca, ya que las articulaciones de estas zonas son las más afectadas por la enfermedad.
Por lo general, los exámenes imagenológicos permiten observar lesiones más o menos simétricas en ambos lados del cuerpo. Sin embargo, estas lesiones pueden aparecer en un solo lado durante la fase inicial de la enfermedad.
Uno de los elmentos para el diagnóstico de la espondilitis anquilosante es la visualización de algunas lesiones características en las articulaciones sacroilíacas:
Una radiografía de la columna vertebral permite visualizar una erosión y un aspecto de reconstrucción ósea en las articulaciones de la columna.
Todos estos síntomas provocan la destruccion de las articulaciones y dan lugar a una fusión ósea.
El calcáneo es el hueso del talón que representa la parte más sobresaliente del pie. La radiografía del calcáneo permite confirmar si la densidad de la parte posterior de este hueso.
También se pueden realizar radiografías para visualizar las articulaciones de las rodillas y de la cadera.
La resonancia magnética permite determinar un diagnóstico de forma precoz, antes de la aparición de los síntomas que son dectados a través de radiografías (estos síntomas pueden ser detectados 1 ó 2 años después del inicio de la enfermedad).
Las ecografías permiten determinar la causa de algunos dolores.
El escáner, también llamado tomografía axial, permite observar lesiones que las radiografías no alcanzan a detectar.