El síndrome de Sjögren fue descrito inicialmente en 1930 por el científico y oftalmólogo sueco Henrik Sjögren. Se trata de una enfermedad reumática inflamatoria crónica de origen desconocido que se caracteriza por la sequedad en los ojos y en la boca debido a una disminución en la secreción de las glándulas lagrimales y salivales.
Afecta con mayor frecuencia a las mujeres entre 40 y 50 años aunque puede aparecer a cualquier edad. Es poco frecuente en niños. Los pacientes jóvenes generalmente presentan primero signos de otro trastorno autoinmunitario.
Es una enfermedad que puede llegar a afectar al 3 % de la población. Aproximadamente entre 1 y 4 millones de personas en los Estados Unidos están afectadas.
El síndrome de Sjögren secundario: aparece simultáneamente con una enfermedad sistémica de tipo autoinmune como la artritis reumatoide, el lupus eritematoso sistémico, la esclerodermia o la cirrosis biliar primaria.
El síndrome de Sjögren primario: aparece solo, sin asociarse a otra enfermedad.
Es probable que el desencadenante de la enfermedad sea una infección vírica, pero hasta el momento no ha podido demostrarse. Podrían intervenir factores genéticos ya que a veces existen varios casos en una misma familia.
Es una enfermedad de tipo autoinmune: el sistema inmunitario, que es un complejo mecanismo de defensa que poseemos frente a las infecciones, se altera y ataca a las células del propio organismo que no reconoce como propias.
Las células del sistema inmune, llamadas linfocitos, destruyen las glándulas de secreción externa. Estas glándulas producen los líquidos que lubrican la piel y las mucosas. También pueden verse afectados otros órganos o sistemas, como los pulmones, los riñones, el aparato circulatorio o el sistema nervioso. Por eso hablamos de que es una enfermedad sistémica.
Las glándulas de secreción externa se localizan en los ojos (glándulas lagrimales), en la boca (glándulas salivales), en la vagina, en la piel, en el intestino y en los bronquios. Por ello, su destrucción progresiva provoca una disminución de las lágrimas, de la saliva y de las secreciones vaginales, intestinales, bronquiales y del sudor.
Como consecuencia aparece la típica sequedad que sienten los pacientes afectados por esta enfermedad. A menudo aparece también dolor e inflamación en las articulaciones, por lo que se le considera una enfermedad de tipo reumático. Además, la mayoría de las enfermedades a las que se asocia son reumáticas.
La resequedad a nivel de la boca y de los ojos son los síntomas más frecuentes del síndrome de Sjögren. A nivel ocular pueden manifestarse sensación de ardor o de arenilla, legañas abundantes por la mañana al levantarse, sensibilidad exagerada a la luz del sol y ojos rojos.
La boca seca puede causar problemas en la masticación y en la deglución de los alimentos (los pacientes necesitan beber líquido abundante durante las comidas), pérdida del sentido del gusto y caries dental por la pérdida de la función defensiva contra las bacterias que tiene la saliva.
Otros síntomas incluyen: ronquera, fatiga, cansancio, inflamación en las articulaciones, dolores articulares, presencia de ganglios inflamados, opacidad o úlceras a nivel de la córnea, estreñimiento por sequedad intestinal, catarros frecuentes debido a la sequedad bronquial. En las mujeres, debido a la sequedad vaginal, es frecuente el dolor durante las relaciones sexuales.
Sd. de Sjögren: diagnóstico y tratamiento
Esclerodermia sistémica
¿Qué es el síndrome de Sjögren?
Síndrome de Sjögren
Síndrome de Sjögren
Síndrome de Sjögren
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