La disnea es un síntoma frecuente, que puede tener múltiples causas y es de difícil definición. Se entiende por disnea a la sensación subjetiva de dificultad respiratoria, falta de aire o ahogo. Una de las definiciones más aceptadas, que engloba los diferentes aspectos de la disnea es la de la American Thoracic Society: "La disnea es una experiencia subjetiva de malestar ocasionado por la respiración que engloba sensaciones cualitativas distintas que varían en intensidad".
El término disnea (o "falta de aire") indica una dificultad para respirar. Los síntomas pueden variar dependiendo de la patología que los provoque. Algunos signos incluyen un cambio en la frecuencia respiratoria, ya sea un aumento (conocido como polipnea o taquipnea) o una disminución (bradipnea). La disnea puede afectar a la fase de inspiración, de espiración o a ambas etapas. Las causas más comunes de disnea son las de origen cardíaco o pulmonar. Incluso el asma (obstrucción de las vías respiratorias) puede incluirse entre las causas de "falta de aire", además de un cuerpo extraño, infección u otra enfermedad que afecte a los pulmones o el corazón (embolia). La enfermedad es curable, si después de un cuidadoso diagnóstico, se trata con la atención médica debida.
La dificultad para respirar se origina a partir de interacciones entre factores fisiológicos, psicológicos, sociales y ambientales múltiples.
Es útil diferenciar la disnea aguda de la crónica. Aunque no existe consenso en el tiempo de evolución que debería llevar cada una para ser considerada como tal, a nivel práctico esto no suele ser problemático y en general se entiende por disnea aguda la que se presenta en minutos, horas o unos pocos días.