Los ácaros, primos de la familia de los arácnidos (arañas) son invisibles para el ojo humano. Tienen 4 pares de patas, provistas en su último segmento de pelos y de garras. Miden entre 0.2 y 0.4 mm de longitud. Solo viven entre 2 y 3 meses pero se reproducen muy rápidamente cuando encuentran las condiciones favorables de humedad comprendida entre 65 y 80% y una temperatura entre 20 y 30 grados.
Los ácaros son responsables del 50% de los síntomas alérgicos. Los detritos de los ácaros muertos y sus deposiciones son los que provocan la alergia. En una habitación con un 85% de humedad los ácaros comen 5 veces más y producen 5 veces más residuos alergizantes. Su inhalación es responsable de enfermedades respiratorias como la rinitis o el asma. Su contacto con la piel provoca eczema llamada también dermatitis atópica. Los síntomas provocados por los ácaros son más frecuentes en otoño y se prolongan todo el invierno ya que durante estos periodos las casas están menos ventiladas y más calientes.